Un estudio reciente de la Universidad de Yale ha revelado que las neuronas poseen reservas propias de glucógeno, actuando como "baterías de respaldo" para mantener la función cerebral durante períodos de estrés metabólico. Esta investigación, publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, destaca la capacidad de las neuronas para almacenar y utilizar glucógeno, lo que aumenta su resiliencia cuando las fuentes de energía primarias se ven comprometidas.
Tradicionalmente, se creía que las células gliales eran las encargadas de suministrar combustible a las neuronas. Sin embargo, este estudio demuestra que las neuronas almacenan glucógeno y pueden descomponerlo en momentos de estrés. El equipo de investigación utilizó el gusano microscópico Caenorhabditis elegans (C. elegans) y un biosensor fluorescente para monitorear las respuestas neuronales al estrés energético. Este enfoque permitió a los científicos observar directamente cómo las neuronas responden a la falta de energía.
El estudio introduce el término "plasticidad glucolítica dependiente de glucógeno" (GDGP) para describir este fenómeno. La GDGP es particularmente crucial cuando la función mitocondrial está comprometida. Este hallazgo es de gran importancia para comprender y tratar condiciones neurológicas como accidentes cerebrovasculares, neurodegeneración y epilepsia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los accidentes cerebrovasculares son una de las principales causas de muerte en todo el mundo, lo que subraya la urgencia de encontrar nuevas estrategias de tratamiento.
Además, la investigación sobre la GDGP podría conducir a intervenciones que protejan las neuronas durante eventos de estrés metabólico, como la hipoxia o la isquemia. La investigación también sugiere que la manipulación de las reservas de glucógeno neuronal podría ser una estrategia terapéutica prometedora. Por ejemplo, aumentar la capacidad de las neuronas para almacenar glucógeno podría mejorar su resistencia al estrés y reducir el daño en condiciones como el Alzheimer. En España, la enfermedad de Alzheimer afecta a más de 800.000 personas, lo que resalta la necesidad de avanzar en la investigación y el desarrollo de tratamientos efectivos.
El estudio de Yale representa un paso significativo hacia la comprensión de los mecanismos de protección neuronal y ofrece nuevas esperanzas para el tratamiento de enfermedades neurológicas.