Implicaciones éticas del ADN sintético en la genética humana exploradas por equipo de investigación internacional

Adrián Villalba, investigador en biología del desarrollo en la Universidad París Cité, lidera un grupo internacional de científicos y filósofos que examinan las implicaciones éticas del ADN sintético en la genética humana.

Hace más de 15 años, Craig Venter demostró la viabilidad de construir una célula bacteriana (Mycoplasma mycoides) utilizando pares de bases creados desde cero. Recientemente, investigadores lograron construir una célula de levadura combinando más del 50 % de pares de bases sintéticas con partes del genoma original.

Los modelos actuales presentan genomas reducidos de aproximadamente un millón de pares de bases, significativamente más pequeños que los tres mil millones de pares de bases del genoma humano. Villalba afirma: “Esta tecnología está transformando nuestra comprensión de la genética y sus aplicaciones.”

Villalba, junto a Anna Smajdor (Universidad de Oslo, Noruega), Iain Brassington (Universidad de Manchester, Reino Unido) y Daniele Cutas (Universidad de Lund, Suecia), publicó un artículo en el Journal of Medical Ethics que aborda las preocupaciones éticas en torno al ADN sintético y su posible aplicación al genoma humano.

El interés de Villalba por el ADN sintético surgió durante su trabajo teórico sobre técnicas de reproducción disruptivas. Contactó a Smajdor, quien también se especializa en reproducción asistida, para formar un equipo de investigación. Tras reuniones en París y Lund, obtuvieron financiación de la Fundación Grifols, lo que llevó a su primera publicación sobre las implicaciones futuras del ADN sintético.

Villalba señala que, aunque el genoma humano contiene tres mil millones de nucleótidos, se están logrando avances. El genoma bacteriano que sintetizaron anteriormente contenía un millón de nucleótidos, mientras que el genoma de levadura construido recientemente tiene doce millones. Cree que es solo cuestión de tiempo antes de que técnicas similares puedan aplicarse a los genomas humanos.

El equipo de investigación contempla varios debates éticos, como las implicaciones de seleccionar el ADN de un embrión. Villalba se pregunta si un niño seguiría siendo considerado suyo si un porcentaje sustancial del ADN fuera sintético. Enfatiza la importancia de discutir las responsabilidades morales, especialmente en lo que respecta a enfermedades hereditarias.

Villalba reconoce que la comprensión actual de la respuesta del ADN sintético a los cambios epigenéticos es limitada, especialmente en eucariotas. Si bien los estudios en bacterias han demostrado que los genomas sintéticos pueden reiniciarse y expresar proteínas originales, sigue siendo incierto cómo esto se traduciría en la genética humana.

El equipo está explorando las implicaciones sociales, incluida la posibilidad de diseñar el ADN de un niño. Se preguntan cómo podrían cambiar las normas sociales si la manipulación genética se vuelve común. Villalba también destaca las consideraciones éticas en torno a la creación de embriones no viables, a los que algunos grupos se oponen por razones morales.

En resumen, el equipo de investigación está abordando preguntas críticas sobre el futuro del ADN sintético en la genética humana, enfatizando la necesidad de un discurso ético continuo a medida que la tecnología evoluciona.

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