Un estudio innovador revela que los niveles de hierro de una madre pueden influir en el sexo de su descendencia, desafiando la creencia de larga data de que la determinación del sexo en los mamíferos es únicamente genética. Este descubrimiento destaca el profundo impacto de los factores ambientales en los procesos biológicos fundamentales, lo que podría remodelar nuestra comprensión del desarrollo humano.
La comprensión predominante es que el sexo en los mamíferos está determinado por los cromosomas. Los machos suelen tener cromosomas XY, mientras que las hembras tienen XX. Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Osaka en Japón muestra que los factores ambientales, como los niveles de hierro de una madre, pueden anular este plano genético, lo que hace que los embriones de ratón genéticamente machos se desarrollen como hembras.
El estudio se centró en el papel del hierro en el desarrollo de embriones de ratón. El hierro es crucial para activar enzimas que eliminan las etiquetas químicas del ácido desoxirribonucleico (ADN), lo que puede silenciar genes clave. Los investigadores encontraron que la deficiencia de hierro bloqueaba la eliminación de estas etiquetas, impidiendo la activación del gen Sry, que es responsable del desarrollo masculino. Sin la activación de Sry, los embriones se desarrollaron como hembras, independientemente de su par de cromosomas XY.
El equipo utilizó tres enfoques diferentes para probar su hipótesis. Eliminaron un gen de transporte de hierro, administraron a ratones preñadas un quelante de hierro oral y alimentaron a ratones con una dieta baja en hierro a largo plazo. Los resultados mostraron consistentemente que la reducción de los niveles de hierro condujo a la inversión sexual en embriones genéticamente machos. El mecanismo involucró el silenciamiento del gen Sry a través de modificaciones epigenéticas.
Esta investigación desafía la creencia de larga data de que los mamíferos son inmunes a las influencias ambientales en la determinación del sexo. Abre la posibilidad de que la dieta de una madre pueda afectar no solo la formación de los testículos, sino también otros rasgos. Los hallazgos del estudio son particularmente relevantes porque la deficiencia de hierro es un problema nutricional común, especialmente en mujeres embarazadas.
Las implicaciones de este estudio son significativas. Sugiere que incluso las decisiones biológicas fundamentales, como la determinación del sexo, no están completamente codificadas en el genoma. Pueden ser influenciadas por el medio ambiente. Se necesita más investigación para determinar si procesos similares ocurren en humanos. Este descubrimiento subraya la compleja interacción entre los genes y el medio ambiente en la configuración de la vida, y la importancia de la salud materna para el desarrollo de la descendencia.