El 28 de enero de 2025, los astrónomos celebraron inicialmente el descubrimiento de un nuevo cuerpo celeste, solo para darse cuenta de que se trataba del Tesla Roadster lanzado por SpaceX en 2018. Este vehículo, parte de una demostración para el cohete Falcon Heavy, orbita actualmente la Tierra con un maniquí llamado Starman dentro, como un guiño a la canción de David Bowie.
El error fue corregido rápidamente gracias a la colaboración entre astrónomos profesionales y aficionados. Julia de León del Instituto de Astrofísica de Canarias señaló que tales confusiones no son sin precedentes; un incidente similar ocurrió en 2020 cuando un objeto identificado como 2020 SO resultó ser un cohete perdido de la NASA de 1966.
Este incidente plantea preocupaciones sobre la creciente cantidad de basura espacial y satélites en órbita. De León destacó los problemas que enfrenta la comunidad científica debido a las constelaciones de satélites, especialmente los lanzados por empresas como SpaceX para su proyecto Starlink, que busca proporcionar acceso a Internet global.
Un estudio reciente de la Universidad de Nanjing en China identificó más de 1,400 satélites Starlink en menos de 12 horas utilizando algoritmos de inteligencia artificial. A diferencia de los satélites en órbita terrestre, que están regulados por agencias nacionales e internacionales, el espacio profundo carece de regulaciones claras, que De León compara con el mar abierto, donde 'el que llega establece las reglas.'
Esta situación representa un desafío para los científicos, que deben enfrentar la interferencia de estos objetos en sus observaciones. De León mencionó esfuerzos en curso para explorar métodos para identificar y eliminar la basura espacial de manera más eficiente, reconociendo que el problema es complejo y que las soluciones aún requieren tiempo.