La COP16, la mayor cumbre de las Naciones Unidas para la protección de la naturaleza, se desarrolla actualmente en Cali, Colombia, enfatizando la urgente necesidad de acción global sobre la biodiversidad. Con la participación de 196 estados miembros del Convenio sobre Diversidad Biológica, la cumbre se ha convertido en una plataforma crucial para abordar la crisis persistente de la deforestación y la extinción de especies.
Durante la ceremonia de apertura, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, destacó la importancia de actuar con prontitud, afirmando: "El planeta no puede permitirse que perdamos tiempo... debemos llegar a un acuerdo para que esta COP sea exitosa." El presidente Gustavo Petro hizo eco de estos sentimientos, subrayando la necesidad de involucrar a los humanos en la toma de decisiones para combatir la crisis planetaria.
Una de las revelaciones alarmantes de la COP16 es el Informe 2024 de Parques Nacionales, que indica que Colombia ha perdido un asombroso total de 125,745 hectáreas de áreas protegidas debido a la deforestación en los últimos once años. La reconocida primatóloga Jane Goodall, al dirigirse a la cumbre, hizo un llamado a acciones concretas para proteger la biodiversidad, advirtiendo que "el tiempo apremia" para salvar el planeta.
Goodall, quien ha dedicado más de seis décadas a estudiar chimpancés, instó a que los próximos cinco años son críticos para acciones significativas contra la pérdida de biodiversidad. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) informa que más de una cuarta parte de las especies evaluadas están en peligro de extinción, con poblaciones de fauna silvestre que han disminuido un 73% entre 1970 y 2020.
A medida que continúan las discusiones, los grupos indígenas de la Amazonía abogan por mecanismos de financiamiento directo para apoyar los esfuerzos de conservación en sus territorios. Oswaldo Muca Castizo, presidente de la Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana, enfatizó la importancia de los recursos financieros para mantener la biodiversidad y proteger su tierra de la explotación.
Con solo el 8.4% de los océanos del mundo designados como Áreas Marinas Protegidas, la urgencia de la acción es palpable. Greenpeace advierte que el progreso actual hacia los objetivos de biodiversidad es casi nulo, lo que pone en riesgo el logro de estas metas para el próximo siglo. La COP16 sirve como un punto crítico para que los líderes globales se comprometan a proteger la biodiversidad del planeta y asegurar un futuro sostenible.