El Monte Erebus, ubicado en la Antártida, se erige como uno de los volcanes más raros del mundo, alcanzando una altura de 3,794 metros. Conocido por su actividad constante, también presenta un fenómeno notable: emite partículas de oro a la atmósfera diariamente, produciendo aproximadamente 80 gramos de oro, equivalentes a unos 5,500 euros.
Las partículas de oro, que miden entre 0.1 y 20 micrómetros, son transportadas por gases volcánicos y pueden depositarse hasta 1,000 kilómetros de distancia. Esto ocurre debido a la delgada corteza en la región, que facilita el ascenso del magma y la liberación de gases ricos en metales. El oro se cristaliza cuando estos gases interactúan con el frío y seco entorno antártico.
El Monte Erebus cuenta con un lago de lava único que ha estado burbujeando desde 1972, un fenómeno que requiere condiciones geológicas específicas que no se encuentran en otros lugares. Su magma tiene un bajo contenido de agua, lo que lo hace menos volátil y permite que fluya más fácilmente hacia la superficie. Los científicos continúan estudiando este volcán para entender por qué el lago de lava ha permanecido activo durante miles de años.
A pesar de su producción de oro, el Monte Erebus plantea peligros significativos. En erupciones de tipo estromboliano, el volcán puede lanzar bombas volcánicas, fragmentos de roca fundida que se enfrían en el aire y caen rápidamente. El flujo constante de magma aumenta el riesgo de erupciones más violentas.
Una gran erupción podría tener impactos de gran alcance, con partículas finas viajando miles de kilómetros, afectando la calidad del aire y contribuyendo a cambios climáticos temporales. Descubierto en 1841 por el capitán James Clark Ross, el Monte Erebus ha sido testigo de eventos trágicos, incluido un accidente aéreo en 1979 que resultó en 257 muertes.
Aunque la idea de un volcán que escupe oro es intrigante, su contribución al mercado global de este metal es insignificante, produciendo solo 80 gramos en comparación con la producción mundial anual de 3,000 toneladas. Además, los costos de extracción y transporte en un entorno tan inhóspito superarían ampliamente el valor del oro recolectado.
Este volcán nos invita a reflexionar sobre cómo los tesoros naturales también enfrentan desafíos, siendo un volcán curioso y fascinante.