La rápida pérdida de hielo marino y la acidificación de los océanos debido al cambio climático están alterando significativamente el crecimiento y el valor nutricional de las microalgas, una fuente de alimento crucial para animales marinos más grandes como ballenas, focas y pingüinos.
Investigaciones recientes lideradas por la ecóloga marina polar Dra. Rebecca Duncan destacan la importancia de estas microalgas, que prosperan en el hielo marino. Sin embargo, el grosor y la cobertura del hielo marino han disminuido drásticamente, con el hielo marino antártico alcanzando niveles récord durante cuatro años consecutivos. Las predicciones sugieren que el Océano Ártico podría estar libre de hielo durante el verano para 2050.
La investigación de la Dra. Duncan, realizada durante ocho años, revela que los cambios ambientales como la acidificación de los océanos y el aumento de las temperaturas afectan la composición de las microalgas. Si bien la mayor luz y las aguas más cálidas pueden aumentar el contenido de grasa en ciertas especies, existe un umbral crítico donde las grasas y proteínas esenciales dejan de acumularse, comprometiendo la calidad del alimento para la vida marina.
“Si el zooplancton no puede reproducirse debido a la falta de microalgas, interrumpe toda la cadena alimentaria, amenazando a las poblaciones de peces y a los depredadores más grandes”, explicó la Dra. Duncan. La pérdida de hielo marino representa un riesgo significativo para estos ecosistemas frágiles, ya que las microalgas dependen del hielo marino para su hábitat.
Los hallazgos de la Dra. Duncan se han publicado en cinco artículos, siendo su última investigación un enfoque en las diferencias entre las microalgas en el hielo marino conectado a tierra y las que se encuentran en el hielo oceánico a la deriva. Esta investigación es crucial, ya que el hielo conectado a tierra desaparece más rápido, colocando a estas poblaciones de microalgas bajo mayor estrés.