El calentamiento global continúa transformando el Ártico, y el derretimiento del hielo marino altera el entorno de luz submarina e impacta la vida marina [2, 5]. Un estudio reciente dirigido por Monika Soja-Woźniak y Jef Huisman de la Universidad de Ámsterdam, publicado en Nature Communications, revela cómo estos cambios afectan la base de la red alimentaria del Ártico [2, 3].
A medida que el hielo marino disminuye, la luz que penetra en el océano cambia de un espectro amplio a uno dominado por la luz azul [2, 3]. El hielo marino refleja la mayor parte de la luz solar, permitiendo que una pequeña cantidad de luz con una gama completa de longitudes de onda lo atraviese [2, 3]. Sin embargo, el agua de mar abierta absorbe gran parte de la luz roja y verde, permitiendo que solo la luz azul viaje más profundamente [2, 3].
Este cambio espectral plantea desafíos para las algas y el fitoplancton adaptados a los diversos colores que se encuentran debajo del hielo [2, 4]. Estos organismos, que forman la base de la cadena alimentaria del Ártico, pueden tener dificultades para realizar la fotosíntesis de manera eficiente en el entorno dominado por el azul [2, 5]. Los cambios en la productividad de las algas o la composición de las especies pueden tener efectos en cascada en los peces, las aves marinas y los mamíferos marinos, y también impactar la capacidad del océano para absorber CO2 [2, 5].