Sesgo de sufijación: la investigación revela raíces lingüísticas específicas, desafiando las teorías cognitivas universales

Edited by: Vera Mo

El lenguaje verbal, una característica definitoria de los seres humanos, facilita el pensamiento complejo, la transmisión cultural y la conexión intergeneracional. El sesgo de sufijación, un fenómeno convincente dentro de los estudios del lenguaje, cuestiona por qué la mayoría de los idiomas favorecen los sufijos sobre los prefijos para significados gramaticales como el tiempo o el número. ¿Está esta preferencia relacionada con la cognición general, factores específicos del idioma o una casualidad aleatoria? En esencia, el sesgo de sufijación describe la tendencia a indicar información gramatical a través de sufijos (terminaciones de palabras) en lugar de prefijos (comienzos de palabras). Por ejemplo, el inglés marca el plural con '-s' (cats) y el tiempo pasado con '-ed' (walked). Los idiomas con sufijos superan en número a los idiomas con prefijos en una proporción de ocho a uno (Dryer, 2013). Las teorías que abordan este desequilibrio van desde restricciones cognitivas generales del dominio hasta requisitos estructurales específicos del idioma. Hupp, Sloutsky y Culicover (2009) sugieren que los humanos procesan las secuencias que varían al final de manera más efectiva que las que varían al principio. Esto implica que nuestro sistema cognitivo está adaptado a los cambios que ocurren al final de una secuencia, un principio que se extiende al procesamiento del lenguaje. Los experimentos con hablantes de inglés mostraron que las secuencias que diferían al final se percibían como más similares a las secuencias aprendidas previamente que las que diferían al principio. Esta tendencia apareció en varios estímulos, lo que sugiere un sesgo cognitivo general. Desafiando esto, Martin y Culbertson (2020) estudiaron a hablantes de Kîîtharaka, cuyo idioma bantú favorece fuertemente los prefijos (por ejemplo, '-ntû', persona; 'muntû', "una persona"; 'antû', "más de una persona/personas"). Los participantes juzgaron la similitud de las secuencias (sílabas o formas), comparando una secuencia objetivo con versiones alteradas al principio o al final. A diferencia de los hablantes de inglés, los hablantes de Kîîtharaka prefirieron las secuencias que diferían al principio, lo que se alinea con la estructura de su lengua materna. Esto indica que la experiencia lingüística afecta significativamente los sesgos cognitivos, lo que sugiere que la preferencia por la sufijación puede no ser universal. Un estudio reciente de Ordin (2025) proporciona evidencia de que el sesgo de sufijación es específico del idioma. El estudio utilizó un paradigma de aprendizaje estadístico, un método para examinar cómo los humanos extraen patrones de flujos continuos de estímulos. Los participantes incluyeron monolingües españoles (un idioma fuertemente sufijo) y bilingües vasco-españoles (el vasco usa tanto sufijos como prefijos). Los participantes fueron expuestos a flujos de palabras artificiales con sufijos o prefijos incrustados. Después de la familiarización, completaron pruebas que evaluaban su capacidad para reconocer estas secuencias. Los monolingües españoles demostraron un fuerte sesgo de sufijación, favoreciendo las palabras artificiales con sufijos. Los bilingües vascos, expuestos a ambos tipos de afijos en vasco, no mostraron preferencia y aprendieron mejor las palabras con prefijos que los monolingües españoles. Esto sugiere que una exposición equilibrada a prefijos y sufijos puede neutralizar la preferencia por la sufijación. Los participantes también realizaron tareas similares con estímulos sonoros no lingüísticos. Ninguno de los grupos mostró ninguna preferencia por la sufijación o la prefijación en este contexto, lo que refuerza la idea de que la preferencia por la sufijación tiene sus raíces en mecanismos específicos del idioma en lugar de procesos cognitivos generales. El estudio de Ordin indica que el sesgo de sufijación se limita al material lingüístico y está influenciado por la morfología de la lengua materna. Esto apoya un origen específico del idioma para el sesgo y destaca la adaptabilidad de la cognición humana a diferentes estructuras del idioma. El sesgo de sufijación subraya la compleja relación entre la cognición, el lenguaje y la cultura, lo que demuestra cómo los sistemas lingüísticos individuales y los contextos socioculturales dan forma al procesamiento del lenguaje humano.

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