Estudio genético revela los orígenes y migraciones de los hablantes de lenguas urálicas en Eurasia

Editado por: Vera Mo

Un estudio reciente ha resuelto el misterio del origen de las lenguas urálicas, habladas en Estonia, Finlandia, Hungría y Rusia. Los investigadores combinaron datos genéticos y arqueológicos para rastrear los orígenes ancestrales de estos pueblos. El estudio, publicado en la revista Nature, describe el descubrimiento de un "marcador genético" que permite rastrear la expansión de las poblaciones de habla urálica a través de Eurasia entre hace 11.000 y 4.000 años.

Según la investigación, los pueblos urálicos migraron desde Siberia hacia el Mar Báltico y Asia Oriental, trayendo consigo avances tecnológicos y la lengua urálica. El trabajo también muestra cómo los aproximadamente 25 millones de hablantes de lenguas urálicas que viven hoy pueden rastrear su ascendencia en su ADN. "Este estudio es increíblemente emocionante para mí como estonia. Los hablantes de lenguas urálicas tienen una pequeña porción de ADN siberiano, alrededor del 5 por ciento [de nuestro ADN total]. Ahora, parece que estos genes conectan a todos los pueblos urálicos con nuestras culturas y lenguas ancestrales", comenta Kristiina Tambets, experta en arqueogenética de la Universidad de Tartu (Estonia), que no participó en el estudio.

La ciencia ya ha investigado las raíces de las lenguas indoeuropeas. Esta raíz lingüística, que se extiende a través de los pueblos que migraron de Asia Central a Europa e India, se remonta a hace 5.000 años. Con el tiempo, el idioma se ramificó en grupos lingüísticos modernos, como el germánico, el eslavo y el romance. Pero las lenguas urálicas, a las que pertenecen el estonio, el húngaro y el finés, son completamente diferentes: los expertos no entienden completamente su origen ni quiénes las hablaban. Su origen lingüístico es completamente diferente al de las lenguas indoeuropeas. Los lingüistas creen que las lenguas urálicas podrían provenir de algún lugar cercano a los montes Urales, en la actual Rusia y Kazajstán. Lo que no saben es exactamente dónde está ese lugar y cómo se extendieron por Eurasia.

Los autores del estudio se propusieron resolver este misterio estudiando los genes de los antiguos pueblos urálicos. Al analizar los patrones y las variaciones del ADN de los antepasados, han podido reconstruir cómo estas poblaciones migraron durante muchas generaciones. Para ello, analizaron los genomas de 180 antiguos pueblos urálicos que vivieron entre hace 11.000 y 4.000 años en una vasta zona de Eurasia, que corresponde aproximadamente a toda la extensión de la actual Rusia y sus países vecinos. Compararon estos datos genómicos antiguos con el ADN de otros 1.312 pueblos antiguos ya estudiados por los científicos. Los datos obtenidos muestran una imagen compleja de cómo los pueblos urálicos migraron durante miles de años desde múltiples áreas de Siberia. "Este estudio nos proporciona el origen y el mecanismo de la expansión de los pueblos urálicos durante la Edad de Bronce", dice Kristiina Tambets. Al rastrear la genética de estos pueblos migrantes, los investigadores descubrieron que los primeros pueblos proto-urálicos se ramificaron en varios grupos diferentes durante miles de años. Un grupo importante se dirigió hacia el oeste, hacia el Báltico, a zonas como Finlandia, Estonia y el noroeste de Rusia, donde viven hoy los hablantes de lenguas urálicas. Otro grupo proto-urálico, llamado yeniseiano, se ramificó hace unos 5.400 años para vivir en el centro de Siberia. Allí, la única lengua yeniseiana superviviente es el ket. Y otra rama emigró a Asia Oriental hace unos 4.500 años, lo que, según los autores, explica por qué muchos hablantes actuales de lenguas urálicas tienen ascendencia de Asia Oriental. Algunas de estas personas emigraron más tarde a América y dieron origen a los nativos americanos. Otros grupos urálicos de las estepas centrales de Eurasia emigraron al oeste, a Hungría, hace unos 3.000 años.

El estudio también apoya la idea de que los montes Urales orientales son la patria de las lenguas urálicas. "Dicho esto, no es posible determinar qué idiomas hablaban las personas basándose únicamente en sus genes", enfatiza Tambets. Tambets, que dirige el Centro de Excelencia de Raíces de Estonia, asegura que el estudio resuelve problemas relacionados con la ascendencia. "Reúne todos estos diferentes aspectos de la genética, el idioma y la arqueología. Muestra cómo los pueblos de habla urálica de hoy pueden rastrear cómo sus antepasados ​​siguieron esta ruta [migratoria] y se extendieron con avances tecnológicos súper geniales hace 4.000 años". Por "avances súper geniales", Tambets se refiere a la metalurgia, particularmente el cobre y el bronce, y las redes comerciales que desarrollaron los primeros pueblos urálicos, cuyos migrantes influyeron enormemente en las culturas que ya vivían en tierras euroasiáticas. "Los primeros colonos [indoeuropeos] en el Báltico se unieron a los pueblos de habla urálica posteriores después de esta migración masiva. Soy un mosaico de esta integración", dice Tambets. Además de preservar sus propios idiomas, los pueblos urálicos también influyeron en las lenguas indoeuropeas que la mayoría de los europeos hablan hoy. Por ejemplo, los lingüistas creen que palabras como "agua", "olla" y "pez" pueden tener su origen en el proto-urálico.

Fuentes

  • Deutsche Welle

  • Nature

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