En un enfoque revolucionario para entender la conciencia, el Dr. Stuart Hameroff, anestesiólogo de la Universidad de Arizona, ha cambiado el enfoque de la neurología y la psicología tradicionales hacia los roles de la anestesia y los microtúbulos—pequeñas estructuras dentro de las células que podrían ser clave para la conciencia. Su teoría, que entrelaza la física cuántica con la biología, ha provocado una gran controversia pero también ha encendido una nueva ola de investigaciones que sugieren que podría estar en camino a un descubrimiento crucial, según Popular Mechanics.
El interés de Hameroff por la conciencia comenzó con su trabajo como anestesiólogo, donde exploró no solo cómo la anestesia afecta al cerebro, sino también cómo provoca la pérdida de conciencia. Él declaró: 'He pensado en neurología, psicología y neurocirugía, pero ninguna de estas áreas ha abordado la cuestión de la conciencia.' Un momento clave llegó cuando conoció al jefe del departamento de anestesia en la Universidad de Arizona, quien le dijo: 'Si quieres aclarar cómo surge la conciencia, aprende cómo funciona la anestesia, porque no tenemos idea.'
Esto inspiró a Hameroff a investigar cómo la anestesia interactúa con los microtúbulos, que están presentes en todas las células del cuerpo, incluidas las células neuronales en el cerebro. Los microtúbulos, compuestos de proteínas de tubulina, forman el esqueleto celular y juegan un papel crucial en el mantenimiento de la forma y división de la célula. Hameroff descubrió que hay una conexión entre la anestesia y los microtúbulos, pero no pudo explicar cómo esta estructura podría estar involucrada en la creación de la conciencia.
Un avance en su comprensión llegó cuando se encontró con el libro 'The Emperor's New Mind' de Roger Penrose. Penrose, ganador del Premio Nobel en Física, argumentó que la conciencia tiene una naturaleza cuántica y no computacional, como muchas teorías habían sugerido. Sin embargo, Penrose no tenía un mecanismo biológico que explicara cómo una función de onda cuántica colapsa y provoca la conciencia. Hameroff creía que el trabajo de Penrose carecía de un vínculo crucial: los microtúbulos.
Posteriormente, Hameroff desarrolló su teoría conocida como 'Reducción Objetiva Orquestada.' Esta teoría sostiene que los microtúbulos en las neuronas causan el colapso de la función de onda cuántica, un proceso conocido como reducción objetiva, lo que permite la emergencia de la conciencia. La teoría postula que la conciencia no es el resultado de procesos computacionales clásicos, sino de procesos cuánticos en los microtúbulos.
Después de presentar su teoría en 1996, Hameroff y Penrose enfrentaron críticas severas. Muchas figuras académicas, incluido Stephen Hawking, consideraron que esta teoría era demasiado especulativa. Sin embargo, en los últimos años, nuevas investigaciones en biología cuántica comienzan a respaldar la posibilidad de que los procesos cuánticos jueguen un papel en el cerebro. Por ejemplo, investigaciones han demostrado que los efectos cuánticos son significativos en la fotosíntesis, un proceso en el que las plantas utilizan eficientemente la luz para producir energía.
Además, una investigación de la Universidad Howard en 2023 descubrió efectos cuánticos en los microtúbulos. Hameroff considera que estas evidencias sugieren que los procesos cuánticos podrían desempeñar un papel clave en la comprensión de la conciencia. Él enfatiza que esto podría significar que nunca será posible alcanzar una verdadera conciencia en la inteligencia artificial, ya que considera que la conciencia es algo que trasciende los sistemas computacionales.
El crecimiento de la biología cuántica, junto con el desarrollo de la inteligencia artificial, añade una nueva dimensión al debate sobre la conciencia. Hameroff señala que, aunque los modelos de inteligencia artificial se han vuelto más sofisticados, no son capaces de verdadera conciencia. Él cree que gran parte de la investigación actual sobre la conciencia se ha desviado hacia la inteligencia artificial, que, en su opinión, es inconsciente porque se basa en procesos algorítmicos.