Un estudio dirigido por Shen Guofeng de la Universidad de Pekín examina el impacto de la transición global hacia energías limpias en la equidad energética. La investigación, publicada en Nature Communications, plantea preocupaciones sobre cómo esta transición podría aumentar las cargas financieras en los hogares de bajos ingresos.
El estudio revela que, aunque las fuentes de energía modernas prometen condiciones de vida más limpias, las comunidades rurales que dependen de combustibles sólidos asequibles como el carbón enfrentan mayores costos al cambiar a alternativas más limpias. La investigación utilizó encuestas nacionales de hogares y análisis de datos avanzados para evaluar el consumo y los gastos energéticos entre diferentes grupos de ingresos.
Los hallazgos clave indican que los combustibles sólidos representan actualmente el 42,6% de las necesidades energéticas de los hogares, pero solo el 9,3% de los costos energéticos totales. Sin embargo, a medida que los hogares transitan hacia combustibles limpios, las disparidades en la carga energética aumentan, con un incremento del índice de concentración del 43%. Para mitigar esto, el estudio sugiere promover el gas natural para cocinar y la calefacción eléctrica, lo que podría reducir el aumento del índice de concentración al 15,5%.
Los investigadores abogan por medidas políticas como transiciones energéticas limpias por fases, subsidios energéticos dirigidos y la promoción de estufas de alta eficiencia para garantizar que la transición sea asequible y equitativa.