El Banco Central Europeo (BCE) está preparado para implementar una reducción de tasas de interés, un movimiento que fue en gran medida desestimado hace solo un mes. Esta anticipada tercera reducción de 0.25 puntos tiene como objetivo mitigar el impacto de los altos costos de endeudamiento prolongados en la economía de la zona euro. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se dirigirá a los medios tras la reunión cerca de Ljubljana, Eslovenia, donde se espera que aclare el cambio de política y las perspectivas para más recortes.
En Estados Unidos, se espera que los informes económicos revelen información sobre los sectores de consumo, manufactura y vivienda a medida que se acerca el final del año. Las proyecciones indican un crecimiento estable en las ventas minoristas, reflejando hábitos de gasto resilientes, mientras que se espera que la producción industrial muestre signos de lucha. Además, se espera que funcionarios de la Reserva Federal discutan en la próxima semana.
En Asia, el desempeño económico de China sigue bajo escrutinio, ya que se espera que las cifras de crecimiento caigan por debajo del objetivo del 5% del gobierno para el año. El gobierno chino probablemente anunciará varios indicadores económicos, incluidos la producción industrial y las ventas minoristas, que pueden resaltar los desafíos persistentes en la economía.
Mientras tanto, los bancos centrales de Asia sudoriental y América Latina también están listos para tomar decisiones críticas de política monetaria. El Banco de Canadá está monitoreando las tendencias de inflación, mientras que en Sudáfrica, la revisión semestral de política monetaria del Banco de la Reserva proporcionará información sobre la inflación y las perspectivas de tasas del país. En Turquía, se espera que el banco central mantenga su alta tasa de interés debido a las preocupaciones inflacionarias persistentes.
En Israel, se anticipa que la inflación aumente aún más, reflejando las presiones económicas derivadas de los conflictos regionales en curso. Los analistas predicen un aumento del 3.6% al 3.7% en septiembre. A medida que estos bancos centrales navegan por paisajes económicos complejos, la comunidad financiera global está observando de cerca posibles cambios en la política que podrían tener implicaciones de gran alcance.