El 11 de octubre de 2024, investigadores en la Conferencia Mundial de Innovación Agroalimentaria en Pekín revelaron un cambio significativo en los patrones de consumo alimentario de China, destacando una disminución en la demanda de granos y un creciente interés por los alimentos ricos en proteínas. Esta transformación subraya la urgente necesidad de reformar el sistema agroalimentario de China, que depende en gran medida de la tierra cultivable.
El informe indica que en 2022, los alimentos provenientes de cultivos representaron el 83.5 por ciento del consumo total de alimentos de China, mientras que fuentes alternativas como los productos forestales y las cosechas acuáticas contribuyeron mínimamente. Los investigadores señalaron que los métodos de producción insostenibles y la dependencia de las importaciones, especialmente de soja, amenazan la resiliencia del suministro alimentario de China.
Al optimizar el uso de bosques, pastizales y recursos acuáticos, el informe sugiere que China podría conservar 6.5 millones de hectáreas de tierras cultivables y reducir las emisiones de carbono en 180 millones de toneladas métricas, una disminución del 19 por ciento respecto a los niveles actuales. Los investigadores abogan por el desarrollo de la industria de proteínas alternativas, que podría reducir significativamente la producción de ganado y lácteos para 2035.
Los expertos creen que este cambio podría disminuir la demanda de granos y harina de soja, al tiempo que contribuiría a la sostenibilidad ambiental. Fan Shenggen, autor principal del informe, enfatizó que China tiene el potencial de liderar el progreso global en proteínas alternativas, siempre que haya inversiones públicas adecuadas y apoyo regulatorio.
Bruce Friedrich, fundador del Good Food Institute, señaló que el sector de proteínas alternativas podría convertirse en una industria de 1.1 billones de dólares. Lasse Bruun, de la Fundación de la ONU, agregó que la transición de China podría sentar un precedente para otras naciones, abogando por un enfoque más equitativo y seguro para el clima en la producción de alimentos.
Los hallazgos son parte de una iniciativa más amplia en China para explorar nuevas fuentes de proteínas más allá de los cultivos tradicionales, alineándose con las declaraciones políticas recientes del país que apoyan métodos innovadores de producción de alimentos.