La calidad del aire en Ruan, Francia, ha mostrado una mejora significativa desde 2018, con una disminución de las emisiones de dióxido de nitrógeno de 53 microgramos por metro cúbico a menos de 30 para 2024, según las autoridades locales. Esta reducción es notable en el contexto de los desafíos climáticos globales en curso.
Nicolas Mayer-Rossignol, presidente de la Métropole, expresó un optimismo cauteloso durante una conferencia de prensa, señalando que el dióxido de nitrógeno, emitido principalmente por la contaminación de vehículos, es un indicador crucial de la calidad del aire. Atmo Normandie, la organización que monitorea la calidad del aire, destacó que estos contaminantes pueden provocar graves problemas de salud como asma y enfermedades cardiovasculares.
Para monitorear los niveles de contaminación, se han instalado sensores cerca de los puntos críticos de tráfico en Ruan. Los datos indican una disminución constante de los niveles de dióxido de nitrógeno, atribuida a varios factores, incluidas las condiciones climáticas favorables y cambios estructurales en las políticas de transporte. Las iniciativas nacionales y locales que promueven el transporte público y el ciclismo también han contribuido a esta tendencia positiva.
Sin embargo, los expertos advierten que se necesitan esfuerzos significativos para cumplir con los estándares de calidad del aire europeos, que pronto podrían volverse más estrictos. La vicepresidenta de la Métropole enfatizó la necesidad de alejarse de la dependencia del automóvil, promoviendo el transporte público y el ciclismo como alternativas sostenibles.
Este desarrollo en Ruan refleja tendencias más amplias observadas en otras áreas urbanas, sugiriendo un posible cambio en la gestión de la calidad del aire en medio de desafíos ambientales globales.