El 19 de julio de 2025, se llevaron a cabo protestas en varias ciudades polacas, incluyendo Varsovia, Cracovia y Gdansk, organizadas por el partido de derecha Konfederacja. Estas manifestaciones reflejan la creciente preocupación pública sobre la inmigración y sus implicaciones económicas y sociales.
En los últimos años, Polonia ha experimentado un aumento en la inmigración, especialmente de trabajadores extranjeros que han contribuido a cubrir la escasez de mano de obra en sectores clave. Sin embargo, este fenómeno ha generado debates sobre su impacto en el mercado laboral y la economía en general.
Por un lado, la presencia de inmigrantes ha ayudado a mitigar la disminución de la población activa debido al envejecimiento de la sociedad polaca. Por otro lado, algunos sectores de la población expresan inquietudes sobre la competencia laboral y la presión sobre los servicios públicos.
El gobierno polaco ha implementado programas de integración para inmigrantes, aunque la efectividad de estas iniciativas ha sido objeto de debate. Las recientes protestas indican una creciente polarización en la sociedad polaca respecto a la inmigración y sus efectos.
Este contexto subraya la necesidad de un análisis equilibrado y basado en evidencia sobre las políticas migratorias y su impacto en la economía y la cohesión social de Polonia.