El 8 de febrero de 2025, Lituania, Letonia y Estonia se desconectaron oficialmente de la red eléctrica controlada por Rusia, BRELL, marcando un final simbólico de su pasado soviético. Esta medida, aunque puramente simbólica, ya que los estados bálticos no han recibido electricidad de Rusia y Bielorrusia desde mayo de 2022, representa un paso significativo hacia la independencia energética y un mayor distanciamiento de la influencia rusa.
Los estados bálticos se han estado integrando gradualmente en la red eléctrica continental europea, CESA, desde 2022, con una integración completa en el sistema de la UE prevista para el 9 de febrero de 2025. Esto los convertirá en los últimos países de la UE en unirse al sistema, que también incluye Turquía, Ucrania y Moldavia.
La red BRELL, una reliquia de la era soviética, conectaba los sistemas eléctricos de Rusia, incluido Kaliningrado, Bielorrusia y los estados bálticos. La abreviatura BRELL corresponde a las primeras letras de los nombres de estos países.
Los estados bálticos, que lograron la independencia en 1991, se han esforzado por integrarse en Europa y la UE. Sin embargo, su separación completa de la red BRELL ha llevado tiempo.
Los estados bálticos se unieron a la UE y la OTAN en 2004 y todos utilizan el euro como moneda oficial. Con una población combinada de poco más de seis millones de habitantes, son pequeños en comparación con Alemania, con alrededor de 84 millones de habitantes, y Polonia, con casi 38 millones de habitantes.
La desconexión de la red BRELL se considera un paso crucial hacia el fortalecimiento de la seguridad energética y la independencia, especialmente a la luz del conflicto en curso en Ucrania. Los estados bálticos han insistido en la necesidad de diversificar sus fuentes de energía lejos de Rusia, citando el ataque de Rusia contra la infraestructura energética de Ucrania y la suspensión de los suministros de gas natural como evidencia de los riesgos asociados con la dependencia de Rusia.
El movimiento de los estados bálticos hacia la independencia energética también demuestra su compromiso con la UE y su solidaridad con el bloque. Representa un paso más hacia el alejamiento de su pasado soviético y una señal clara de su compromiso con un futuro europeo.
La UE ha invertido más de 1.230 millones de euros en el proyecto para conectar los estados bálticos a su red eléctrica. La mayor conectividad con Europa brindará a Lituania, Letonia y Estonia más oportunidades para un suministro de electricidad confiable y una combinación energética más diversa, asegurando un flujo estable de electricidad.