El 29 de enero de 2025, se desarrolló un evento político significativo en el Bundestag alemán, marcando un posible punto de inflexión en la política alemana de la posguerra. Por primera vez en la historia de la República Federal de Alemania, un partido de extrema derecha, Alternativa para Alemania (AfD), ayudó a un partido centrista a formar una mayoría. La sesión fue interrumpida abruptamente tras intensos debates que incluyeron gritos e insultos.
La controvertida votación, que pasó con un estrecho margen de 348 votos a favor y 345 en contra, aprobó una resolución que exige controles de pasaporte más estrictos en las fronteras externas de Alemania y medidas más severas contra la inmigración ilegal. Esta resolución, aunque declarativa, ha suscitado reacciones intensas, especialmente del Partido de Izquierda, que ha llamado a los ciudadanos a levantarse contra lo que consideran un peligroso cambio en las alianzas políticas.
La sesión comenzó con una declaración del gobierno del canciller Olaf Scholz, quien enfatizó los valores de humanidad y justicia inherentes a la sociedad alemana. Criticó al bloque conservador por su colaboración con la AfD, que describió como un alejamiento de las normas políticas previamente establecidas.
El canciller Scholz señaló que Alemania ha deportado con éxito a migrantes ilegales a Afganistán, destacando las complejidades de negociar con los talibanes. Defendió las leyes existentes como suficientes para mantener la seguridad pública sin necesidad de nueva legislación.
En un contraste marcado, Friedrich Merz, el líder de la oposición y jefe de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), expresó su preocupación por recientes incidentes violentos involucrando a migrantes, que atribuyó a un fracaso en la política migratoria. La decisión de la CDU de colaborar con la AfD para esta votación ha generado alarmas entre otras facciones políticas, llevando a una profunda división dentro del Bundestag.
Las consecuencias de la votación vieron a los miembros de la AfD aplaudiendo, mientras que los representantes de la CDU parecían contemplativos, señalando un cambio en el paisaje político de Alemania. Los llamados del Partido de Izquierda a la resistencia pública reflejan las crecientes tensiones a medida que el clima político evoluciona.