Eventos climáticos severos e inundaciones en la región mediterránea: una preocupación creciente ante el cambio climático

24 de enero de 2025 - La región mediterránea está experimentando patrones climáticos cada vez más severos, con eventos recientes que destacan el impacto del cambio climático en las precipitaciones y las inundaciones. En octubre de 2024, se reportaron más de 200 muertes en Valencia, España, tras un diluvio sin precedentes que arrojó cinco veces la lluvia mensual promedio en solo una semana.

Los científicos advierten que el cambio climático no solo está intensificando la gravedad de las tormentas en el Mediterráneo, sino que también está aumentando su frecuencia. La región se está calentando a un ritmo un 20 % más rápido que el promedio mundial, lo que lleva a eventos de precipitación extrema más frecuentes.

Las áreas que históricamente han experimentado precipitaciones extremas ahora enfrentan lluvias aún más intensas, contribuyendo a una sensación de nueva normalidad para las poblaciones locales. Según Leone Cavicchia, investigador del Centro Euro-Mediterráneo sobre Cambio Climático, se espera que la intensidad de estos eventos de precipitación extrema aumente en las próximas décadas.

A medida que aumentan las temperaturas del aire, también lo hace la capacidad de la atmósfera para retener humedad, lo que resulta en que las regiones secas se vuelvan más secas, mientras que los eventos de lluvia extrema se vuelven más severos. Las características geográficas del Mediterráneo, con montañas empinadas y lechos de ríos secos, agravan aún más el riesgo de inundaciones repentinas.

Los patrones climáticos recientes han sido influenciados por la corriente en chorro polar, que puede formar sistemas de baja presión conocidos como depresiones cortadas. Estos sistemas han llevado anteriormente a eventos climáticos significativos, incluida la tormenta Boris en septiembre de 2023, que resultó en al menos 24 muertes en Europa central y meridional.

En 2023, una depresión cortada sobre Grecia desató la tormenta Daniel, que se intensificó al cruzar el Mediterráneo hacia Libia, provocando el colapso de dos represas y alrededor de 13,200 muertes.

La urbanización a lo largo de las áreas costeras y de llanura de inundación en el Mediterráneo ha aumentado el riesgo de inundaciones, poniendo a más personas y propiedades en peligro. Aunque las mejoras en las estructuras de protección contra inundaciones y los sistemas de alerta temprana han reducido las tasas de mortalidad por inundaciones, la población en estas áreas vulnerables se ha más que duplicado desde la década de 1960, con alrededor de 250 millones de personas que ahora residen en cuencas fluviales propensas a inundaciones.

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