Las inundaciones y deslizamientos de tierra en Nepal han provocado la muerte de 209 personas hasta el 1 de octubre de 2024, y 29 individuos siguen desaparecidos. La capital, Katmandú, ha sido particularmente afectada, experimentando las lluvias más intensas en dos décadas. Las principales carreteras han sido bloqueadas debido a deslizamientos de tierra, aislando a Katmandú del resto del país. El colapso de una carretera cerca de la ciudad ha resultado en al menos 35 personas enterradas vivas.
Este catastrófico evento meteorológico resalta la vulnerabilidad de las regiones montañosas ante el clima extremo, planteando preocupaciones sobre la preparación y respuesta ante desastres en el contexto del cambio climático. La comunidad internacional podría necesitar proporcionar ayuda y apoyo para los esfuerzos de recuperación.
Fuente: dw.com