El 7 de enero de 2025, Fitch Ratings mejoró la calificación crediticia de El Salvador a B- desde CCC+, manteniendo una perspectiva estable. Este cambio se atribuye a una reducción en las necesidades de financiamiento del país, respaldada por un reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un programa de préstamo de 1.4 mil millones de dólares destinado a apoyar reformas gubernamentales.
La nueva calificación de B- coloca a El Salvador seis niveles en la categoría especulativa, o estatus de junk. El acuerdo del FMI, anunciado el mes pasado, se espera que facilite la implementación de medidas de consolidación fiscal, que, junto con una disminución de la deuda a corto plazo con los bancos nacionales y la recompra de deuda externa, deberían aliviar las presiones de financiamiento sobre el gobierno.
Fitch anticipa que la implementación exitosa de estas medidas fiscales podría aumentar la confianza de los inversores y allanar el camino para futuras emisiones de deuda. El presidente Nayib Bukele expresó su aprobación de la mejora a través de una publicación en la plataforma de redes sociales X.
Mirando hacia el futuro, Fitch proyecta que el crecimiento económico salvadoreño se desacelerará al 1.9% en 2024, desde un 3.5% en 2023, antes de recuperarse a un crecimiento estimado del 2.3% el año siguiente, a pesar de la persistente pesada carga de deuda que enfrenta el gobierno.