En una reciente declaración, el presidente salvadoreño Nayib Bukele defendió las controvertidas medidas anti-pandillas de su gobierno, respondiendo a las críticas de la ex presidenta chilena Michelle Bachelet. Bachelet, quien fue alta comisionada de derechos humanos de las Naciones Unidas, criticó el enfoque del Salvador, destacando preocupaciones sobre violaciones a los derechos humanos.
Las declaraciones de Bachelet se realizaron durante un evento en Guatemala, donde afirmó que las acciones del gobierno salvadoreño, incluida la detención de más de 81,900 individuos bajo un estado de emergencia, violan el debido proceso y los derechos humanos. Enfatizó las condiciones críticas en las prisiones, donde los detenidos enfrentan hacinamiento y un trato inhumano.
Desde la implementación del estado de emergencia en marzo de 2022, el gobierno salvadoreño afirma que la tasa de homicidios ha disminuido significativamente a 2.4 por cada 100,000 habitantes. Sin embargo, las organizaciones de derechos humanos han reportado más de 6,400 denuncias de abusos a los derechos, incluyendo detenciones arbitrarias y torturas, así como más de 300 muertes bajo custodia, muchas de las cuales presentan signos de violencia.
Este debate en curso resalta la tensión entre las medidas de seguridad y la protección de los derechos humanos en El Salvador, un país que ha pasado de ser uno de los más peligrosos del mundo a uno de los más seguros del hemisferio occidental.