El 6 de enero de 2025, el Colegio Electoral de EE. UU. confirmó oficialmente a Donald J. Trump como presidente electo, recibiendo 312 votos electorales frente a los 226 de Kamala Harris. La vicepresidenta Harris supervisó el proceso de certificación, declarando que el conteo era suficiente para que Trump y el vicepresidente electo JD Vance prestaran juramento el 20 de enero.
La sesión duró menos de 30 minutos y contó con la presencia de 434 miembros de la Cámara y 100 senadores. Los resultados fueron leídos en el registro del Congreso por cuatro escrutadores, confirmando su autenticidad. Harris mantuvo una actitud neutral durante todo el proceso, a pesar de las implicaciones políticas del evento.
Este ciclo electoral estuvo marcado por importantes desafíos para Harris, quien sucedió a Biden a mitad de carrera, pero finalmente no logró asegurar estados clave. Su total de votos electorales fue el más bajo para un candidato demócrata desde 1988, reflejando una pérdida más amplia para el partido, que también perdió el control del Senado y no logró recuperar la Cámara.
La victoria de Trump se subrayó con una victoria en el voto popular de 49.9% a 48.4%, marcando la primera vez que un candidato republicano lograba esto en dos décadas. El Partido Republicano celebró el resultado como un mandato para su agenda, mientras que los demócratas enfrentaban críticas sobre sus estrategias electorales y mensajes.
La certificación tuvo lugar en un contexto de tensiones políticas elevadas, especialmente tras el motín del 6 de enero de 2021. Harris enfatizó la importancia de la transferencia pacífica de poder, un pilar de la democracia estadounidense, mientras reflexionaba sobre la fragilidad del sistema electoral.