El 15 de diciembre de 2024, cuatro importantes partidos de oposición en Georgia presentaron un llamamiento conjunto a la Unión Europea, instándole a reconocer al régimen gobernante formado tras las recientes elecciones parlamentarias como ilegítimo. El llamamiento, dirigido al jefe de asuntos exteriores de la UE, Josep Borrell, destaca una crisis política sin precedentes en el país.
La oposición afirma que el gobierno ha respondido a las protestas pacíficas con violencia organizada, resultando en más de 500 arrestos y más de 300 víctimas de violencia, incluidos 73 periodistas. Criticaron la elección de Mikheil Kavelashvili como presidente, señalando su postura pro-rusa y su liderazgo en el movimiento que inició una controvertida ley de agentes extranjeros.
La carta pide una acción inmediata de la UE, incluyendo el reconocimiento del régimen como ilegítimo y la imposición de sanciones personales contra quienes socavan la democracia en Georgia. La oposición también exige una reevaluación de las políticas de visado para funcionarios pro-rusos y una condena pública de las acciones violentas contra los manifestantes.
En respuesta a la nombramiento de Kavelashvili, la actual presidenta Salome Zourabichvili declaró que no tiene intención de renunciar, considerando ilegítimas las elecciones parlamentarias. Ha pedido nuevas elecciones, afirmando que solo ella posee el poder legítimo en el país.
Kavelashvili fue elegido a través de elecciones indirectas, donde un colegio electoral parlamentario lo seleccionó. Este colegio estaba compuesto por 300 miembros, de los cuales 211 eran del partido gobernante, el Sueño Georgiano, que supuestamente está vinculado al oligarca Bidzina Ivanishvili. La inauguración de Kavelashvili está programada para el 29 de diciembre.
A principios de diciembre, Estonia, Letonia y Lituania anunciaron prohibiciones individuales de viaje para miembros del partido Sueño Georgiano y sanciones contra quienes reprimieron a los manifestantes durante las protestas en Tbilisi. Los Países Bajos también han propuesto a la UE la suspensión de los acuerdos de libre visado con Georgia.
La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, indicó que se podrían considerar sanciones contra el régimen georgiano, pero tales medidas requieren consenso entre los estados miembros de la UE, lo que podría complicarse por el apoyo de Hungría al gobierno pro-ruso en Georgia.