El 3 de febrero de 2025, estallaron importantes disturbios en Tiflis, Georgia, cuando la policía arrestó a varios líderes de la oposición durante una gran manifestación pro-democrática. La protesta marcó un resurgimiento de las manifestaciones que han estado en curso desde noviembre de 2024, principalmente contra el partido gobernante Georgia Dream.
Entre los detenidos se encontraban Nika Melia, líder del partido Akhali, y el exalcalde de Tiflis, Gigi Ugulava. Melia fue arrestado por un cargo administrativo, pero fue liberado poco después de la medianoche tras firmar una promesa de comparecer ante el tribunal. Los testimonios y las imágenes de los medios independientes revelaron casos de violencia policial contra los manifestantes.
Las protestas fueron alimentadas por acusaciones de fraude electoral en las elecciones de octubre de 2024 y por la insatisfacción con las políticas percibidas como autoritarias del gobierno. Los manifestantes expresaron su enojo por la decisión de posponer las conversaciones de adhesión a la UE hasta 2028, una medida que contradice el compromiso constitucional de Georgia de unirse a la Unión Europea.
La jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, condenó la represión de las protestas pacíficas, enfatizando que las acciones de Georgia no cumplen con las expectativas para un país candidato. La UE ha suspendido recientemente la exención de visado para los diplomáticos georgianos, citando la represión violenta de la disidencia.
A medida que aumentan las tensiones, los activistas de derechos han expresado su preocupación por una campaña de intimidación contra aquellos que participan en las protestas, que han visto más de 400 arrestos desde el inicio de la primera ola de manifestaciones.