El 4 de diciembre de 2024, en Luanda, Angola, el presidente de EE. UU., Joe Biden, anunció un nuevo paquete de ayuda humanitaria que supera los mil millones de dólares, destinado a ayudar a los africanos desplazados por sequías históricas y afectados por la hambruna.
Durante su discurso en el Museo Nacional de la Esclavitud, Biden afirmó: "Hoy anuncio más de 1.000 millones de dólares en nueva ayuda humanitaria para africanos desplazados de sus hogares por las históricas sequías." Esta declaración se produjo tras una reunión a puerta cerrada con el presidente angoleño João Lourenço.
Según las Naciones Unidas, más de 30 millones de personas en el sur de África están actualmente enfrentando los devastadores efectos de una sequía agravada por el fenómeno de El Niño, afectando a países como Sudáfrica, Mozambique, Namibia, Malaui, Zambia y Zimbabue.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) precisó que esta ayuda adicional está destinada a abordar la inseguridad alimentaria y otras necesidades urgentes de refugiados y personas desplazadas en 31 países del continente.
Este financiamiento incluye aproximadamente 823 millones de dólares canalizados a través de USAID y alrededor de 186 millones gestionados por el Departamento de Estado, según su comunicado.
La declaración subraya que África tiene el porcentaje más alto de personas que padecen hambre a nivel mundial, atribuido a factores como conflictos armados, fenómenos meteorológicos extremos y desastres naturales.
Además, el comunicado enfatizó el compromiso de trabajar junto a los socios africanos para enfrentar el desafío de la inseguridad alimentaria y exhortó a otros donantes a contribuir generosamente.
En 2024, Estados Unidos ya ha destinado cerca de 6.600 millones de dólares en ayuda humanitaria para África subsahariana, pero USAID subrayó la necesidad de recaudar más fondos para responder a las necesidades críticas y crecientes de la región.