El 4 de diciembre de 2024, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) lanzó un llamado para recaudar más de 47 mil millones de dólares para abordar las necesidades humanitarias en todo el mundo. Esta cantidad se considera insuficiente para proporcionar la asistencia necesaria a cientos de millones de personas en un mundo descrito como 'en llamas' debido a una combinación de conflictos, crisis climática e inequidad.
Tom Fletcher, el Secretario General Adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, destacó la situación crítica en el informe titulado 'Resumen de la Acción Humanitaria 2025'. Señaló que los conflictos en curso, particularmente en Gaza, Sudán y Ucrania, junto con el aumento de los costos del cambio climático, han llevado a una proyección de 305 millones de personas que necesitarán ayuda humanitaria el próximo año.
Hasta noviembre de 2024, la ONU había recibido solo el 43% de los casi 50 mil millones de dólares solicitados para 2024. El año pasado, la organización proporcionó ayuda a 116 millones de personas en todo el mundo, pero la crisis de financiamiento actual significa que muchos no recibirán el apoyo que necesitan. Fletcher enfatizó la urgencia de concentrar los recursos en quienes más lo necesitan.
Ante la disminución de fondos, la asistencia humanitaria se ha reducido significativamente en áreas críticas, como una reducción del 80% en la ayuda alimentaria en Siria y una disminución del apoyo al agua y saneamiento en Yemen, donde amenazan brotes de cólera. Fletcher hizo un llamado a un nuevo nivel de solidaridad global para financiar completamente los llamados humanitarios, abordando la fatiga de los donantes.
El anuncio se produce en medio de preocupaciones sobre posibles recortes de financiamiento de la nueva administración estadounidense bajo el presidente electo Donald Trump. Fletcher planea dialogar con la nueva administración para abogar por un apoyo continuo a las organizaciones internacionales.
Los funcionarios de la ONU caracterizaron 2024 como uno de los años más brutales en la historia reciente para los civiles atrapados en conflictos, advirtiendo que 2025 podría ser peor sin acción urgente. A mediados de 2024, más de 123 millones de personas fueron desplazadas por la fuerza debido a la violencia, marcando un aumento continuo durante el duodécimo año consecutivo. Las catástrofes relacionadas con el clima también han contribuido a desplazamientos a gran escala.
Además, 2024 ha sido señalado como el año más mortal para los trabajadores humanitarios, superando el número de muertes del año anterior, que fue de 280. Fletcher señaló que la persistencia de los conflictos, que a menudo duran más de una década, agrava la crisis humanitaria, lo que conduce a peores resultados en salud y educación y un aumento en las tasas de mortalidad.