Bolivia enfrenta crisis económica en medio de protestas que exigen justicia para Evo Morales

Bolivia está experimentando importantes interrupciones debido a las protestas en curso de campesinos que exigen el fin de la persecución judicial contra su líder, Evo Morales. Las protestas, que han persistido durante nueve días, han resultado en numerosos bloqueos de carreteras, aislando ciudades importantes como Cochabamba de La Paz, Oruro, Potosí, Sucre y Santa Cruz.

En La Paz, las protestas han llevado a un aumento en los precios de bienes esenciales y largas colas en las estaciones de servicio. Los conductores de transporte público también se han unido a las manifestaciones, deteniendo el tráfico en numerosas rutas debido a la escasez de combustible.

El gobierno del presidente Luis Arce culpa a los partidarios de Morales de obstruir la distribución de combustible, dejando a cientos de camiones cisterna varados en las carreteras bloqueadas. La situación se intensificó tras el anuncio de una orden de arresto contra Morales, quien está siendo investigado por presunto abuso sexual.

Morales acusa a Arce de intentar eliminarlo políticamente, mientras ambos compiten por la candidatura presidencial en las próximas elecciones de 2025. Inicialmente, las protestas tenían como objetivo evitar el arresto de Morales, pero desde entonces han evolucionado hacia demandas más amplias de soluciones a la crisis económica y a las escaseces de combustible.

Los analistas políticos destacan los desafíos de la negociación en el paisaje político altamente polarizado de Bolivia. Los partidarios de Morales han enviado cartas a Arce exigiendo su reconocimiento como candidato oficial y la cesación de las acciones judiciales en su contra.

A medida que las protestas continúan, el impacto económico es profundo, con pérdidas estimadas en más de 81 millones de dólares desde que comenzaron los bloqueos el 14 de octubre. Los bloqueos han cortado conexiones críticas entre los centros económicos de Bolivia, exacerbando las luchas económicas del país.

El contexto económico de Bolivia es preocupante, con una tasa de inflación anual del 6,2 % en septiembre, la más alta desde julio de 2014.

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