El 24 de septiembre de 2024, el recién elegido presidente de Sri Lanka, Anura Kumara Dissanayake, anunció la disolución del parlamento, allanando el camino para unas elecciones generales anticipadas programadas para el 14 de noviembre. Esta decisión se produce mientras el país enfrenta una grave crisis económica, agravada por un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2.9 mil millones de dólares.
Dissanayake, quien lidera la alianza del Pueblo Nacional, se ha comprometido a restaurar la estabilidad económica y abordar la pobreza. Se anticipa que su enfoque hacia la política exterior será más matizado, equilibrando las relaciones con India y China, que compiten por influencia en esta nación insular estratégicamente ubicada.
Las implicaciones de esta elección van más allá de Sri Lanka, ya que el reciente apoyo financiero de India de aproximadamente 4 mil millones de dólares contrasta con la ayuda humanitaria más limitada de China. Los expertos sugieren que el gobierno de Dissanayake probablemente adoptará una postura pragmática, reconociendo la importancia de ambas potencias regionales mientras protege los activos nacionales.
A medida que Sri Lanka navega por sus desafíos económicos, el resultado de las próximas elecciones será monitoreado de cerca por la comunidad internacional, especialmente en el contexto de la competencia estratégica en curso en el Océano Índico.