El agujero negro inactivo 'Ansky' se despierta con ráfagas de rayos X, desafiando las teorías existentes

Editado por: Tetiana Pinchuk Pinchuk

Un agujero negro supermasivo llamado 'Ansky', ubicado a 300 millones de años luz de distancia, se ha despertado repentinamente después de décadas de inactividad. La nave espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea capturó el 'evento de encendido', revelando estallidos de luz óptica y de rayos X.

Los astrónomos observaron erupciones cuasi periódicas (QPE), eventos de llamaradas de corta duración, marcando la primera vez que se observa tal actividad en un agujero negro que se despierta. Este evento brinda una oportunidad única para estudiar el comportamiento de los agujeros negros en tiempo real utilizando telescopios espaciales de rayos X.

La causa de las QPE de Ansky aún está bajo investigación. A diferencia de los eventos típicos de disrupción de marea (TDE), no hay evidencia de que una estrella haya sido destruida. Los investigadores sugieren que el disco de acreción podría estar experimentando choques energéticos de un objeto que lo atraviesa, creando llamaradas de rayos X.

Las ráfagas de rayos X de Ansky son diez veces más largas y luminosas que las QPE típicas, liberando cien veces más energía. Estas erupciones ocurren aproximadamente cada 4,5 días, desafiando los modelos existentes de generación de destellos de rayos X.

El equipo sugiere un monitoreo continuo de Ansky y eventos similares para comprender las llamaradas de rayos X recurrentes, que ocurren aproximadamente cada 25 días. Estas llamaradas podrían ser causadas por una sección interna excéntrica del disco de acreción que se mueve en precesión, con un objeto intruso que atraviesa diferentes superficies.

Ansky sirve como un sujeto de prueba 'en tiempo real' para los modelos QPE, lo que ayuda en la creación de mejores modelos para estos eventos. Las ráfagas repetitivas también están probablemente asociadas con ondas gravitacionales que la futura misión LISA de la ESA podría detectar.

Estas observaciones de rayos X complementarán los datos de ondas gravitacionales, ayudando a resolver el comportamiento desconcertante de los agujeros negros masivos. La matriz de interferómetros espaciales LISA de la ESA será el primer laboratorio espacial en detectar ondas gravitacionales, particularmente de AGN como Ansky.

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