Las fluctuaciones estacionales de metano en la atmósfera de Marte plantean preguntas intrigantes sobre la posibilidad de vida bajo la superficie del planeta. La evidencia de metano en Marte se remonta a las misiones Mariner de la década de 1970, pero observaciones significativas se realizaron en 2013 cuando el rover Curiosity de la NASA detectó niveles de metano que aumentaron varias veces por encima de los niveles de fondo, para luego disminuir y reaparecer.
Este fenómeno presenta un desafío complejo para los científicos. Si bien reacciones químicas conocidas pueden teóricamente producir metano a partir de materiales marcianos—como el agua líquida que interactúa con rocas ricas en magnesio y hierro—la necesidad de agua líquida subterránea complica el escenario. Además, debe existir un mecanismo que permita la producción de metano de forma intermitente.
La posibilidad de formas de vida como los metanógenos, que prosperan con hidrógeno y producen metano como subproducto, añade otra dimensión a la investigación. Estos organismos podrían explicar las variaciones estacionales de metano, respondiendo a las condiciones cambiantes bajo la superficie marciana. Sin embargo, la existencia de agua sigue siendo un requisito crítico para cualquier forma de vida.
A pesar de estas teorías, actualmente no hay evidencia definitiva de vida en Marte, y la causa de las variaciones estacionales de metano permanece sin resolver. La exploración continua y futuras misiones a Marte son esenciales para descubrir la verdad detrás de este misterio marciano.