El telescopio espacial James Webb de la NASA logra una notable estabilidad en la alineación de espejos, mejorando futuras observaciones

El telescopio espacial James Webb de la NASA, el más grande y potente jamás lanzado, ha demostrado una estabilidad excepcional en la alineación de sus espejos, requiriendo menos correcciones de lo anticipado desde su lanzamiento. El espejo del telescopio está compuesto por 18 segmentos que deben alinearse con precisión para funcionar como una sola unidad, un proceso que tomó casi tres meses después del lanzamiento.

El Dr. Marcio B. Meléndez, científico principal de óptica astronómica para Webb, explicó que mantener esta alineación es crucial debido a factores como las variaciones de temperatura. El equipo de detección de frentes de onda en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial monitorea regularmente los espejos del telescopio, utilizando un equipo de detección óptica especializado dentro de la Cámara Infrarroja Cercana (NIRCam) para evaluar la alineación mediante un proceso llamado recuperación de fase.

Las observaciones se realizan cada dos días, y el equipo toma un 'selfie' trimestral de los segmentos del espejo para evaluar su estado de salud. El telescopio ha alcanzado un error de frente de onda de solo 65 nanómetros, significativamente mejor que el requisito de diseño de 150 nanómetros. Esta precisión permite a Webb capturar imágenes más sensibles de objetos celestes tenues.

Desde el inicio de las operaciones científicas, el equipo ha realizado más de 25 movimientos correctivos para mantener la alineación, asegurando que el rendimiento óptico del telescopio siga siendo óptimo. La estabilidad observada en la alineación de Webb es prometedora para futuras misiones, especialmente para el próximo Observatorio de Mundos Habitables de la NASA, que busca vida en exoplanetas del tamaño de la Tierra.

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