Google ha actualizado sus políticas de publicidad para permitir el 'fingerprinting' (huella digital), una técnica que permite a los anunciantes en línea recopilar más datos de los usuarios, incluidas las direcciones IP y la información del dispositivo. Este cambio ha generado preocupaciones de privacidad a nivel mundial.
Si bien Google afirma que el fingerprinting ya está ampliamente utilizado y que promoverá el uso responsable de los datos, los críticos argumentan que este cambio socava la elección del usuario y dificulta que las personas controlen los datos recopilados sobre ellos. Google se opuso anteriormente al fingerprinting, afirmando en 2019 que 'socava la elección del usuario y es incorrecto'.
Google justifica el cambio de política como una respuesta a la evolución del uso de Internet en dispositivos como televisores inteligentes y consolas, donde los métodos convencionales de recopilación de datos son menos efectivos. Argumentan que esto permite más opciones de privacidad, pero los críticos advierten que disminuye el control de los usuarios sobre sus datos.