En un movimiento significativo, Meta ha anunciado cambios en sus políticas de moderación de contenido en Facebook e Instagram, permitiendo más libertad de expresión pero generando preocupaciones sobre el aumento potencial del discurso de odio y la desinformación. Este cambio se produce como respuesta a un clima político creciente que favorece menos restricciones, especialmente tras el anticipado regreso al poder de Donald Trump.
La decisión de Meta de eliminar a los verificadores de hechos y relajar las reglas de moderación significa que los usuarios ahora pueden publicar comentarios inflamatorios sin temor a que sean eliminados. Este cambio se considera un desafío directo al panorama regulatorio en la Unión Europea, donde se están aplicando leyes de servicios digitales más estrictas para combatir el discurso de odio y proteger a los usuarios.
La Ley de Servicios Digitales (DSA), aprobada en 2023, impone multas elevadas a las plataformas que no cumplan con las regulaciones destinadas a reducir el contenido ilegal. A medida que Meta navega por estos cambios, la empresa está bajo presión para equilibrar la libertad del usuario con la responsabilidad que conlleva su vasta influencia, que afecta a miles de millones en todo el mundo.
Si bien las nuevas políticas actualmente se aplican solo en los Estados Unidos, subrayan una tendencia más amplia entre los gigantes tecnológicos que resisten regulaciones más estrictas. El resultado de esta lucha entre libertad y responsabilidad dará forma al futuro del discurso en línea y la seguridad de los usuarios a nivel mundial.