NASA está avanzando en la investigación de robots submarinos autónomos diseñados para buscar signos de vida en los mundos oceánicos del Sistema Solar, enfocándose específicamente en la luna Europa de Júpiter y la luna Encélado de Saturno.
Estas lunas heladas son consideradas candidatas ideales para vida extraterrestre debido a los vastos océanos de agua líquida que se encuentran bajo sus gruesas capas de hielo.
En octubre de 2024, NASA lanzó la sonda Europa Clipper, que tiene como objetivo recopilar datos sobre las condiciones de la superficie de Europa. Al mismo tiempo, varios proyectos están en marcha para investigar directamente los océanos internos de estas lunas.
Una iniciativa notable, llamada SWIM (Sensing With Independent Micro-swimmers), es liderada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Este programa planea desplegar robots submarinos autónomos del tamaño de una palma en los océanos internos de Europa y Encélado.
Europa tiene un diámetro de aproximadamente 3,120 kilómetros, aproximadamente una cuarta parte del diámetro de la Tierra, y está cubierta por una gruesa capa de hielo, cuya grosor se estima entre 3 y 30 kilómetros. La órbita de la luna es elíptica, y su forma es influenciada por la gravedad de Júpiter, creando un calentamiento por marea que genera una cantidad considerable de calor interno, manteniendo su océano en estado líquido.
El océano interno de Europa es salado y se estima que tiene una profundidad promedio de alrededor de 100 kilómetros. A pesar de ser más pequeña que la Tierra, el volumen total de agua en el océano de Europa es aproximadamente el doble que el de la Tierra.
Los investigadores también creen que océanos internos similares podrían existir en las lunas de Júpiter, Ganímedes y Calisto, así como en las lunas de Saturno, Titán y Encélado.
El proyecto SWIM prevé robots de investigación autónomos extremadamente pequeños, cada uno midiendo solo 12 centímetros de longitud. Un dispositivo conocido como 'cryobot' transportará estos robots a través del hielo hasta el océano debajo, utilizando energía nuclear para derretir el hielo.
Una ventaja de desplegar una gran cantidad de robots de investigación es la capacidad de cubrir áreas más extensas. Además, los robots están diseñados para operar en equipos, lo que permite que varias unidades exploren la misma región desde direcciones superpuestas, reduciendo así los errores de observación.
Cada robot estará equipado con sensores para medir temperatura, presión, acidez, conductividad y la composición química del agua. Estos sensores se integrarán en chips que miden solo unos pocos milímetros cuadrados.
Según Ethan Schaller, el líder del proyecto SWIM, 'La gente puede preguntarse por qué la NASA está desarrollando un robot submarino para la exploración espacial. Porque hay lugares en el Sistema Solar a los que queremos ir a buscar vida, y creemos que el agua líquida es esencial para la vida.'
También cabe destacar que los científicos no descartan la posibilidad de que el Sistema Solar pueda acoger un nuevo planeta en el futuro debido a la gravedad del Sol que afecta a los planetas errantes.