Un estudio innovador de la Universidad Queen Mary de Londres ha revelado nuevas perspectivas sobre el movimiento de microplásticos, pequeños fragmentos de contaminación plástica presentes en océanos y vías fluviales. Realizada por el estudiante de doctorado Nan Wu, la investigación, publicada en Nature Water el 14 de noviembre de 2024, muestra que los microplásticos no simplemente flotan en el agua, sino que se aferran activamente a grupos naturales de partículas conocidas como flocs.
Estos flocs, compuestos de sedimentos, materia orgánica y diversas partículas, permiten a los microplásticos viajar rápidamente a través de grandes distancias. Una vez adheridos, los microplásticos pueden ser llevados lejos de sus ubicaciones originales, asentándose finalmente en lechos de ríos, fondos de lagos y en el fondo del océano. "Nuestros hallazgos muestran que incluso los fragmentos de plástico más pequeños pueden moverse a grandes distancias y asentarse en lugares inesperados", afirmó Wu.
Significativamente, el estudio identifica una regla de "ticket de tamaño" que determina qué microplásticos pueden unirse a los flocs. Los investigadores descubrieron que solo los microplásticos dentro de un rango específico de tamaño se adhieren consistentemente a estos grupos, ofreciendo un modelo predictivo para entender su movimiento. Wu comparó esto con la necesidad de tener el ticket de tamaño correcto para abordar un tren, enfatizando la utilidad potencial de este modelo para los científicos ambientales.
Este modelo de adhesión basado en el tamaño no solo ayuda a predecir la propagación y acumulación de microplásticos, sino que también tiene implicaciones vitales para la salud ambiental y pública. A medida que estas partículas se asientan lejos de sus fuentes, representan riesgos para los organismos marinos de fondo y pueden eventualmente ingresar a la cadena alimentaria humana.
El estudio subraya la necesidad de reconocer y predecir las vías de la contaminación plástica en los sistemas acuáticos. Las fuentes comunes de microplásticos, como las fibras de ropa sintética y los plásticos de un solo uso, contribuyen significativamente a este problema, lo que requiere investigaciones y políticas dirigidas.
Al aprovechar esta nueva comprensión del movimiento de microplásticos, los científicos pueden rastrear y mapear mejor las vías de los contaminantes. Este conocimiento puede informar políticas ambientales destinadas a reducir las fuentes de microplásticos y mitigar sus impactos, apoyando así la calidad del agua y la salud de los ecosistemas.
A medida que la investigación continúa desentrañando las complejidades de la contaminación plástica, este estudio marca un avance crucial en la gestión de residuos plásticos en nuestros océanos y vías fluviales.