El jengibre es rico en nutrientes esenciales como la vitamina B6, la vitamina C, el potasio, el magnesio y el jengibre, su componente activo principal. El jengibre es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para fortalecer la inmunidad. El potasio y el magnesio contribuyen a la salud del corazón y ayudan a regular la presión arterial. Los antioxidantes en el jengibre ayudan a desintoxicar el cuerpo y proteger las células.
Según la dietista Swati Singh, el jugo de jengibre puede reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El jengibre reduce los niveles de colesterol malo y triglicéridos, mientras que también disminuye la formación de placa en las arterias, mejorando el flujo sanguíneo. Los antioxidantes presentes en el jengibre apoyan la descomposición del colesterol, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas.
En invierno, los resfriados y la gripe son comunes. El jengibre posee propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que combaten eficazmente estos problemas. El consumo regular puede aliviar problemas de senos paranasales y dolor de garganta. Además, el jugo de jengibre es beneficioso para los diabéticos, ya que ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre.
Para preparar jugo de jengibre, ralle o mezcle un trozo de jengibre de 5-8 cm. Exprímalo a través de un paño de algodón. Para mejorar el sabor, se puede añadir miel y limón. Consumir este jugo en ayunas por la mañana maximiza sus beneficios, comenzando con 1-2 cucharaditas.