Investigadores han descubierto uno de los sitios de fabricación más antiguos, una "fábrica de alquitrán" establecida por neandertales en la cueva Vanguard, en Gibraltar, que data de hace 65,000 años. Este hallazgo significativo arroja luz sobre las avanzadas capacidades tecnológicas de los neandertales.
La excavación reveló un pequeño hogar, junto con artefactos de piedra del Paleolítico medio y residuos vegetales, lo que indica que los neandertales producían alquitrán, probablemente utilizado para fabricar herramientas y armas. Para validar esta técnica, el equipo de investigación replicó el proceso, logrando crear alquitrán y construir dos lanzas en solo cuatro horas.
Este hallazgo proporciona evidencia de que los neandertales emplearon alquitrán como adhesivo para unir herramientas de piedra a mangos de madera, un método que precede al uso moderno de adhesivos de alquitrán en más de 100,000 años. La estructura de la "fábrica de alquitrán" consistía en un pozo redondo de nueve pulgadas de diámetro y tres pulgadas de profundidad, con lados verticales y dos zanjas de una pulgada que se extendían desde él.
Según los investigadores, esta estructura revela un método hasta ahora desconocido por el cual los neandertales gestionaban y utilizaban el fuego. Un análisis más detallado del pequeño pozo descubrió trazas de guano de aves o murciélagos, productos químicos de materiales quemados y restos de cera protectora de las hojas de la planta rockrose.
Es importante señalar que este hogar fue construido aproximadamente 20,000 años antes de la llegada de los humanos modernos a la península ibérica. Si bien se ha establecido que los pueblos prehistóricos utilizaban materiales como el alquitrán y la resina como adhesivos, el complejo proceso de su producción no había sido documentado hasta ahora.
Para fabricar alquitrán, los neandertales llenaban el hogar con hojas de rockrose que, al ser calentadas, liberaban una sustancia pegajosa. Luego, el pozo se sellaba con arena húmeda para restringir el oxígeno, posiblemente mezclada con guano para un mejor sellado. Se encendía un pequeño fuego, calentando las hojas a unos 300 grados Fahrenheit.
Las dos zanjas adyacentes se formaron cuando los neandertales accedieron al pozo para recuperar las hojas antes de que se enfriaran. Luego, las hojas se exprimieron para extraer el alquitrán, que se utilizó para unir puntas de sílex a lanzas. Algunos expertos se mantienen cautelosos, sugiriendo que los hallazgos no demuestran de manera concluyente que las fosas se utilizaran exclusivamente para la producción de alquitrán, ya que el material podría haber servido para otros propósitos, como medicina o impermeabilización.