Un estudio genético exhaustivo arroja luz sobre la ascendencia y las adaptaciones únicas del pueblo fulani, el grupo pastoral más grande de África, que cuenta con entre 25 y 40 millones de personas en 17 países. La investigación, realizada durante más de una década por un equipo internacional especializado en diversidad y evolución humana, tuvo como objetivo descubrir las historias genéticas y evolutivas de los fulani.
El estudio involucró la recolección de muestras biológicas y datos antropológicos de más de 400 participantes en Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Camerún y Chad. Los análisis genómicos confirmaron una firma genética fulani distinta, que refleja profundas conexiones ancestrales tanto con el norte como con el oeste de África. Rastros de ascendencia norteafricana antigua, incluidas influencias de antiguos iberomaurusianos [cazadores-recolectores del Paleolítico superior], están presentes en todas las poblaciones fulani. Esto indica un movimiento de población entre el Sahel [una región semiárida de África al sur del Sahara] y el Magreb [la región del norte de África que bordea el mar Mediterráneo] durante el período del Sahara Verde, hace entre 11.000 y 5.000 años.
Los hallazgos también indican vínculos genéticos fulani más estrechos con las comunidades de África occidental, y las poblaciones fulani orientales comparten afinidades genéticas con los grupos de África central y oriental. Este patrón se alinea con los registros históricos de las migraciones fulani y subraya el papel del flujo genético continuo a través del Sahel en la configuración de su diversidad genética.
Más allá de la ascendencia, el estudio reveló adaptaciones genéticas relevantes para el entorno y el modo de vida de los fulani. Una alta prevalencia de un rasgo genético que permite la digestión de la leche más allá de la infancia, a menudo asociado con poblaciones europeas y norteafricanas, sugiere un flujo de genes de estas regiones. Esta adaptación es esencial para sostener la economía pastoral lechera de los fulani. Otro descubrimiento es la menor susceptibilidad de los fulani al parásito responsable de la malaria grave, una ventaja significativa en el cinturón del Sahel propenso a la malaria.
El estudio genético enriquece la comprensión de las historias culturales e históricas de los fulani. La mezcla de población y las migraciones reflejadas en su ADN se corresponden con las tradiciones orales y los relatos históricos de sus movimientos a través de África. Su compleja diversidad genética refleja su capacidad para asimilar diversos elementos culturales y sugiere una historia de supervivencia en entornos desafiantes y ante amenazas para la salud. Las adaptaciones genéticas de los fulani han tenido un profundo impacto en sus estructuras sociales y resultados de salud, permitiéndoles prosperar en diversos entornos.