Investigaciones recientes revelan que la sobrepesca y los cambios ambientales han causado alteraciones genéticas significativas en el bacalao del Báltico (*Gadus morhua*), afectando su tamaño y capacidades reproductivas. Comprender estos cambios genéticos es crucial para los esfuerzos de conservación y destaca la profunda influencia de las actividades humanas en los ecosistemas marinos.
Un estudio publicado en *Science Advances* demuestra, por primera vez, que una especie marina ha sufrido cambios genómicos detectables debido a la explotación. La Dra. Kwi Young Han, autora principal, declaró: “La sobrepesca selectiva ha alterado el genoma del bacalao del Báltico oriental. La disminución del tamaño promedio se correlaciona con una reducción en la tasa de crecimiento. Esta es la primera evidencia que muestra cambios evolutivos en el genoma de una población marina bajo una presión de explotación extrema”.
Los investigadores identificaron variantes genéticas asociadas con el crecimiento corporal que sufrieron selección direccional, volviéndose más o menos frecuentes con el tiempo. Estas regiones genéticas se superponen con genes involucrados en el crecimiento y la reproducción. También se observó una inversión cromosómica, un cambio estructural asociado con la adaptación ambiental, siguiendo el mismo patrón de selección.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó los otolitos (huesos del oído) de 152 bacalaos capturados entre 1996 y 2019 en la cuenca de Bornholm. Estas estructuras, similares a los anillos de los árboles, registran el crecimiento anual de los peces. Utilizando análisis químicos y secuenciación de ADN de alta resolución, los investigadores rastrearon cómo el crecimiento y la composición genética del bacalao cambiaron durante 25 años.
Los resultados muestran que los individuos con crecimiento rápido casi han desaparecido, mientras que aquellos que alcanzan la madurez más temprano y a tamaños más pequeños han tenido una ventaja evolutiva bajo la presión de la pesca. El Prof. Dr. Thorsten Reusch, líder del equipo de investigación, explicó: “Cuando los individuos más grandes se eliminan constantemente, la selección natural favorece a los peces más pequeños que se reproducen más rápido. Estamos presenciando un proceso evolutivo acelerado por la intervención humana”.
Esto probablemente ha llevado a la pérdida de variantes asociadas con un crecimiento más rápido y una maduración tardía. El bacalao superviviente madura antes, es más pequeño y tiene una capacidad reproductiva reducida. La pérdida de diversidad genética también significa una menor capacidad para adaptarse a futuros cambios ambientales.
Los datos recopilados en 2025 durante la expedición ALKOR muestran que, a pesar de las prohibiciones de pesca, no hay signos claros de recuperación en el tamaño corporal del bacalao. Esto subraya la necesidad de medidas adicionales para conservar esta especie y proteger el ecosistema marino del Mar Báltico. Esta investigación subraya la importancia de las prácticas pesqueras sostenibles y la necesidad de proteger la biodiversidad marina.