Científicos proponen un nuevo método para combatir a los mosquitos hembras utilizando portadores machos

Editado por: Надежда Садикова

Investigadores han introducido un enfoque novedoso para combatir a los mosquitos hembras mediante la modificación genética de insectos machos para que transporten una toxina letal en su esperma. Este método ha mostrado éxito en entornos de laboratorio.

Actualmente, los insecticidas se liberan en el medio ambiente, afectando no solo a las plagas objetivo, sino también a otros organismos. La nueva estrategia tiene como objetivo entregar toxinas de manera más precisa a través del acto de apareamiento.

El equipo liderado por Maciej Maselko de la Universidad Macquarie en Sídney ha detallado sus hallazgos en la revista Nature Communications. En las pruebas iniciales, no utilizaron el mosquito del dengue (Aedes aegypti), que buscan controlar a largo plazo, sino el organismo modelo bien estudiado Drosophila melanogaster (mosca de la fruta). Insertaron las instrucciones genéticas para producir una toxina derivada de una anémona de mar en el genoma de los machos de drosófila. Otros machos fueron modificados para producir una toxina de la araña errante brasileña. Las hembras de drosófila que se aparearon con estos machos modificados mostraron una reducción de vida de aproximadamente el 40 al 60 por ciento.

Un cálculo modelo para la aplicación a Aedes aegypti indicó que la reducción de la tasa de supervivencia podría llevar a una disminución similar en la tasa de picaduras de alrededor del 40 al 60 por ciento. Además, se espera que este método sea más rápido y efectivo que otros enfoques genéticos que solo impactan a las generaciones posteriores.

Sin embargo, la transferencia de esta técnica a Aedes aegypti y otros insectos portadores de enfermedades presenta desafíos. Asegurar que la toxina afecte solo a la hembra y no al macho requiere un control preciso sobre dónde se expresan las instrucciones genéticas. Esto es más fácil de lograr en la mosca de la fruta bien estudiada que en otras especies.

Dado que los machos matan a las hembras con las que se aparean, hay un riesgo mínimo de que los nuevos genes se propaguen dentro de la población. Esto aborda una desventaja significativa de otros métodos que liberan organismos genéticamente modificados en el medio ambiente. Sin embargo, se requieren técnicas complejas para criar a los machos genéticamente modificados, ya que la expresión de las instrucciones genéticas debe suprimirse hasta que los machos sean liberados en la naturaleza.

Los expertos evalúan el riesgo para otras especies que podrían consumir a los machos modificados como bajo: la toxina actúa cuando sus pequeñas moléculas se difunden del tracto genital de la hembra a los fluidos corporales, causando daño. En el tracto digestivo de un depredador, la toxina permanece en gran medida sin efecto.

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