En abril de 2024, científicos de la NASA llevaron a cabo un estudio infrarrojo de los anillos y la atmósfera de Urano, utilizando un fenómeno conocido como ocultación estelar.
Una ocultación estelar, que ocurrió por última vez en 1996, implica la observación de una estrella cuando pasa detrás de un planeta, lo que permite a los científicos estudiar los anillos y la atmósfera del planeta analizando los cambios en la luz de la estrella. El evento del 7 de abril fue visible desde el oeste de los Estados Unidos, lo que impulsó a la NASA a prepararse para un análisis detallado.
Un equipo del Centro de Investigación Langley, dirigido por el científico William Sunsdrum, empleó 18 sensores para recopilar datos durante la ocultación. Al medir las variaciones de luz, el equipo puede definir con precisión los bordes de los anillos de Urano y determinar los perfiles de temperatura y densidad de la estratosfera de Urano.
Urano, un gigante de hielo ubicado a aproximadamente 3.2 mil millones de kilómetros de la Tierra, está compuesto principalmente de agua, amoníaco y metano. Imke de Pater señala que el estudio de los gigantes de gas y hielo proporciona información valiosa sobre la formación de planetas y la habitabilidad.
La NASA anticipa que estos nuevos datos serán valiosos para futuras misiones de exploración de Urano. La agencia espera observar otra ocultación para 2031, a medida que Urano continúa su órbita, brindando más oportunidades para el estudio científico.