Los agujeros negros supermasivos, los gigantes que residen en los corazones de las galaxias, son conocidos por su apetito insaciable. Una nueva investigación revela un fascinante mecanismo por el cual estos gigantes cósmicos regulan activamente su suministro de alimentos, esencialmente 'cocinando' sus propias comidas.
Un equipo dirigido por Valeria Olivares, astrofísica de la Universidad de Santiago en Chile, estudió siete cúmulos de galaxias, incluido el cúmulo de Perseo, una de las estructuras más masivas del universo. Utilizando datos del Observatorio de Rayos X Chandra y el Very Large Telescope, observaron filamentos de color rosa neón de gas caliente que fluyen entre las galaxias, esculpidos por los chorros energéticos emitidos por los agujeros negros.
Estos filamentos, sugieren los investigadores, juegan un papel crucial en el mantenimiento del ciclo de alimentación de los agujeros negros. Los chorros interactúan con el gas caliente en el espacio intergaláctico, enfriándolo y dándole forma a estos filamentos. Estos filamentos luego canalizan parte del gas caliente hacia los centros de las galaxias, proporcionando combustible para los agujeros negros e impulsando nuevas erupciones de chorros.
Este ciclo perpetuo, un delicado bucle de retroalimentación, asegura un suministro constante de alimentos para los agujeros negros, permitiéndoles crecer y mantener su actividad. El proceso también crea cavidades en el espacio intergaláctico, creando las condiciones para la formación de nuevas estrellas.