Nuevas observaciones de la Misión de Imagen y Espectroscopía de Rayos X (XRISM), liderada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), han revelado que los vientos ultrarrápidos que emanan de un agujero negro supermasivo no son flujos continuos, sino que consisten en cúmulos de gas de disparo rápido, comparados con balas. Estos hallazgos, publicados en la revista Nature el 15 de mayo de 2025, desafían los modelos existentes de coevolución galaxia-agujero negro.
XRISM, un telescopio espacial internacional diseñado para observaciones de rayos X de alta resolución, detectó vientos que viajan al 20% al 30% de la velocidad de la luz desde un agujero negro supermasivo. Los datos indican que estos vientos comprenden al menos cinco componentes de gas distintos, cada uno moviéndose a diferentes velocidades, lo que sugiere una estructura grumosa, similar a balas.
El equipo de investigación estima que el agujero negro expulsa gas a una velocidad de 60 a 300 masas solares por año. La energía transportada por estos vientos es más de 1000 veces mayor que la de los vientos a escala galáctica, lo que impacta significativamente nuestra comprensión de su papel en la evolución de las galaxias. Esto sugiere que el gas se expulsa intermitentemente, potencialmente a través de huecos en el medio interestelar circundante, lo que desafía las teorías de larga data sobre cómo las galaxias y sus agujeros negros centrales evolucionan juntos.