Después de más de diez años en operación, el observatorio Gaia de la Agencia Espacial Europea está a punto de concluir su misión de recolección de datos esta semana. Los astrónomos se están preparando para recibir el último estallido de datos de esta innovadora misión.
A pesar de enfrentar numerosos desafíos, incluidos problemas técnicos y daños causados por micrometeoritos y tormentas solares, Gaia ha sido reconocida como uno de los observatorios espaciales más exitosos de la historia. Sin embargo, la nave espacial se está quedando sin gas nitrógeno, esencial para mantener su posición.
El período de recolección de datos de Gaia finalizará oficialmente el 15 de enero. Tras la descarga exitosa de los últimos datos y la finalización de una serie de pruebas técnicas, que se espera se completen a finales de marzo, los técnicos de la ESA apagarán permanentemente la nave espacial.
Para Carme Jordi de la Universidad de Barcelona, quien ha estado involucrada en el proyecto desde la década de 1990, presenciar el final de la misión es agridulce. “Gaia es como nuestro hijo científico”, comentó, reflexionando sobre las décadas de esfuerzo que llevaron a su lanzamiento y operación.
La misión ha producido un legado valioso: un catálogo completo que, una vez finalizado, incluirá las posiciones, movimientos, brillo, colores y distancias de aproximadamente 2 mil millones de estrellas, medidas con precisión de microsegundos.
“Cada día, Gaia genera más de cinco publicaciones científicas revisadas por pares”, afirmó Johannes Sahlmann, científico del proyecto en el Centro Europeo de Astronomía Espacial en España. “Estos resultados abarcan casi todas las áreas de la investigación astrofísica y a menudo tienen impactos transformadores.”
El año pasado, Gaia contribuyó al descubrimiento del agujero negro de origen estelar más masivo en la Vía Láctea. Los datos también revelaron 9 millones de estrellas variables, 165,000 sistemas binarios, 360,000 enanas blancas, al menos 700 cúmulos abiertos y más de 150,000 asteroides.
Antes de su jubilación, Gaia se someterá a varias pruebas técnicas, incluida una prueba crucial relacionada con el ángulo que separa sus telescopios gemelos mientras escanean el cielo. Este ángulo, de aproximadamente 106,5°, debe mantenerse con precisión de microsegundos para lograr una posición estelar precisa.
Inicialmente, el ángulo variaba significativamente, lo que llevó al equipo a utilizar un sistema láser interno para corregir el problema. Los ingenieros ahora utilizarán el combustible de nitrógeno restante para reposicionar a Gaia en relación con el Sol, mientras monitorean el ángulo entre los telescopios.
Estas pruebas pueden interrumpir las mediciones científicas que requieren un ángulo solar fijo de 45°, con nuevas mediciones programadas después del 15 de enero. “No creo que los resultados tengan un impacto significativo en las próximas dos publicaciones de datos, pero podrían ser muy importantes para futuras misiones de astrometría espacial”, observó Lindegren.
La variación en el ángulo solar también podría proporcionar información sobre por qué Gaia parece tres magnitudes más tenue desde la Tierra de lo previsto. La ESA busca resolver este oscurecimiento inesperado a través de telescopios más grandes.
Cuando el escudo solar de Gaia, que mide 11 metros, ajuste el ángulo solar durante las pruebas, la nave espacial brillará con una magnitud de 14, visible a través de un telescopio de 8 pulgadas. La ESA invita a los astrónomos aficionados a enviar mediciones de magnitud y color.
Esta prueba de ingeniería se espera que contribuya a mejorar el diseño de futuras misiones espaciales. La ESA ha propuesto un sucesor para Gaia, llamado GaiaNIR, que explorará áreas cubiertas de polvo en el centro de la galaxia en longitudes de onda infrarrojas cercanas y actualizará el marco astrométrico de Gaia, mejorando significativamente el catálogo existente.