El asteroide Apophis, nombrado en honor al dios egipcio del caos, vuelve a estar en el centro de atención tras el descubrimiento de que su órbita está cambiando, lo que podría llevar a una colisión con la Tierra en 2068. Este inquietante hallazgo fue presentado en una reunión virtual de la Sociedad Astronómica Americana y se basa en observaciones realizadas con el telescopio Subaru.
El astrónomo Dave Tholen de la Universidad de Hawái confirmó que Apophis se desplaza 170 metros anualmente de su trayectoria gravitacional esperada debido al efecto Yarkovsky. Este fenómeno ocurre cuando los asteroides absorben la luz solar y la reemiten como calor, creando una fuerza pequeña pero significativa que altera sus órbitas con el tiempo.
Descubierto en 2004, Apophis tiene un diámetro de aproximadamente 300 metros y se consideraba inicialmente de bajo riesgo para la Tierra en un futuro cercano. Aunque el encuentro en 2029 no representa una amenaza, su proximidad será inquietante, ya que el asteroide pasará lo suficientemente cerca como para encajar entre la Tierra y su red de satélites. Este evento hará que el asteroide sea visible a simple vista, lo que suscitará fascinación y preocupación en todo el mundo.
La NASA y otras agencias espaciales están monitoreando de cerca a Apophis y otros asteroides potencialmente peligrosos. La detección de efectos que cambian la órbita, como el efecto Yarkovsky, subraya la necesidad de una vigilancia continua. Aunque el encuentro de 2029 es seguro, los datos actualizados generan preocupaciones sobre la trayectoria para 2068, dejando abierta la posibilidad de una colisión.
En respuesta a las amenazas potenciales de asteroides, la NASA lidera la misión DART (Double Asteroid Redirection Test). Programada para 2024, DART intentará desviar un pequeño asteroide de su trayectoria mediante el impacto de una nave espacial. Esta misión representa una preparación clave para futuros intentos de desviar objetos peligrosos, asegurando que la humanidad esté mejor preparada para tales escenarios.
La proximidad de Apophis ha reavivado el interés en las estrategias de defensa planetaria. Aunque el impacto en 2068 sigue siendo incierto, este descubrimiento recuerda la importancia de monitorear y prepararse para amenazas celestiales. Con tecnología avanzada y cooperación internacional, los científicos buscan proteger a la Tierra de impactos de asteroides potencialmente catastróficos.