La misión Dragonfly de la NASA, un proyecto ambicioso para explorar Titán, la luna más grande de Saturno, está programada para ser lanzada a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX. Esta misión es parte del programa New Frontiers de la NASA y tiene como objetivo enviar un vehículo rotativo, esencialmente un dron, para aterrizar en la superficie de la segunda luna más grande del Sistema Solar. El viaje a Titán tomará seis años, con una llegada prevista para 2034.
Originalmente programado para 2026, el lanzamiento se retrasó debido a la pandemia de COVID-19. Para compensar el tiempo perdido, la NASA eligió un vehículo de lanzamiento de gran capacidad, lo que reducirá significativamente la fase de crucero de la misión y asegurará la llegada a tiempo.
Al llegar a Titán, Dragonfly realizará un recorrido por la luna, aterrizando en un nuevo sitio cada día titánico, equivalente a 16 días terrestres, para recolectar muestras de la química prebiótica del entorno. El dron está diseñado para recorrer grandes distancias entre los puntos de muestreo, permitiendo un análisis integral de los paisajes helados, las dunas ricas en compuestos orgánicos y los mares de metano de Titán.
El objetivo principal de la misión será buscar firmas químicas biológicas, actuales o pasadas, que indiquen posibles formas de vida basadas en agua o hidrocarburos líquidos. Titán es el único cuerpo celeste, además de la Tierra, que tiene líquidos en su superficie, incluyendo lluvia, lagos, océanos y costas. Dragonfly también investigará el ciclo activo de metano de la luna y la química prebiótica presente en su atmósfera y superficie.
No será la primera nave espacial en visitar Titán. En 2005, la misión Cassini-Huygens proporcionó las primeras imágenes detalladas de la superficie de la luna, capturadas durante su descenso de dos horas y media a través de las nubes de Titán. Estas imágenes revelaron antiguas márgenes y ríos de metano antes de aterrizar en un terreno con bloques de hielo redondeados.
Siguiendo los pasos del helicóptero marciano Ingenuity de la NASA, que realizó 72 vuelos en Marte—superando con creces su objetivo inicial de cinco vuelos—Dragonfly enfrentará un entorno muy diferente. Con una atmósfera rica en nitrógeno y una gravedad equivalente a solo el 14% de la terrestre, la flotabilidad será facilitada. Sin embargo, el desafío será la escasez de luz solar, ya que Titán recibe solo el 1% de la luz que llega a la Tierra, complicando las operaciones alimentadas por energía solar.
La misión Dragonfly promete ampliar nuestra comprensión sobre posibles formas de vida fuera de la Tierra y desvelar los secretos de uno de los mundos más intrigantes del Sistema Solar.