Nuevas observaciones del Telescopio Espacial Hubble revelan que la Gran Mancha Roja (GMR) de Júpiter es más dinámica de lo que se pensaba anteriormente. Durante un período de 90 días de diciembre a marzo, los investigadores notaron que esta masiva tormenta, la más grande del sistema solar, exhibe oscilaciones inesperadas en tamaño y forma, similar a una estructura gelatinosa.
La GMR, un anticiclón de larga duración, ha sido observada durante casi 190 años, pero los hallazgos recientes indican que no es tan estable como parece. Amy Simon, autora principal del estudio en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, destacó que es la primera vez que se documenta tal comportamiento oscilatorio.
Utilizando imágenes de alta resolución, los científicos observaron el brillo del núcleo de la tormenta y cambios en su forma ovalada, que a veces puede parecer más delgada o más gruesa. El estudio, presentado en la reunión de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, enfatiza los patrones meteorológicos caóticos de la GMR, comparándolos con fenómenos meteorológicos en la Tierra.
Además, observaciones infrarrojas del Telescopio Espacial James Webb revelaron que el centro de la tormenta es frío, lo que provoca la condensación de amoníaco y agua, contribuyendo a su icónica coloración roja. Estos conocimientos no solo mejoran nuestra comprensión de la atmósfera de Júpiter, sino que también pueden ofrecer pistas sobre sistemas meteorológicos en exoplanetas.
A medida que la GMR continúa encogiéndose, los científicos predicen que se estabilizará, reduciendo su oscilación. Esta investigación en curso subraya la importancia de la monitorización a largo plazo de las atmósferas planetarias para descubrir comportamientos complejos en estas enormes tormentas.