Crisis en la Amazonía en 2024

Editado por: Anna 🌎 Krasko

La selva amazónica sufrió un año catastrófico en 2024, marcado por incendios forestales severos y condiciones de sequía sin precedentes que afectan a un bioma crucial para la estabilidad climática.

A medida que el cambio climático se intensificó, las condiciones de sequía llevaron a la peor temporada de incendios desde 2005, exacerbando los esfuerzos de deforestación, con sospechas de incendios intencionados para el desmonte de tierras.

La Amazonía se extiende por ocho países y un territorio, desempeñando un papel fundamental en el almacenamiento de carbono, albergando aproximadamente el 20 % del agua dulce del mundo y más de 16,000 especies de árboles. Sin embargo, la explotación por parte de gobiernos y el crimen organizado ha aumentado, generando preocupaciones sobre la sostenibilidad y los derechos de los pueblos indígenas.

Andrew Miller, director de defensa de Amazon Watch, advirtió que la situación actual podría ser un indicador de un inminente punto de inflexión ecológico, afirmando: "La ventana de oportunidad de la humanidad para revertir esta tendencia se está cerrando, pero aún está abierta."

A pesar de las circunstancias desesperadas, surgieron algunos desarrollos positivos. Las tasas de deforestación en Brasil y Colombia disminuyeron, con Brasil reportando una reducción del 30.6 % en comparación con el año anterior, el nivel más bajo en casi una década. Este cambio se produjo bajo el liderazgo del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, contrastando drásticamente con las tasas de deforestación experimentadas durante el mandato de su predecesor.

Colombia también reportó niveles históricamente bajos de deforestación, aunque persisten preocupaciones sobre un posible aumento debido a la sequedad relacionada con el fenómeno de El Niño. Las actividades ilegales, particularmente en la minería de oro, continúan amenazando los esfuerzos de conservación.

En agosto, extensas áreas de la Amazonía se vieron envueltas en humo debido a los incendios forestales, con impactos significativos en las comunidades locales. El río Amazonas experimentó niveles de agua históricamente bajos, lo que llevó a respuestas de emergencia en varios países.

La conferencia de las Naciones Unidas sobre biodiversidad, COP16, celebrada en Colombia, destacó los derechos de los pueblos indígenas en la conservación de la naturaleza, marcando un paso significativo hacia el reconocimiento de su papel en la protección de la Amazonía.

De cara al futuro, la próxima COP de las Naciones Unidas en Belem do Para, Brasil, representa una oportunidad crítica para que los líderes amazónicos presenten estrategias colaborativas para la conservación en medio de desafíos ambientales crecientes.

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