En un notable giro de eventos para la biodiversidad global, el estado de Río de Janeiro ha sido testigo del regreso espontáneo de la anta brasileña (Tapirus terrestris) al Parque Estadual de Cunhambebe después de 110 años de ausencia. La observación de una familia de estos grandes mamíferos ha reavivado la esperanza por la conservación de los ricos ecosistemas de la región.
Marcelo Cupello, biólogo del Instituto Estatal de Medio Ambiente (INEA-RJ), señaló que se observaron en promedio cuatro antas, pero las evidencias sugieren que pueden estar presentes más individuos. Este resurgimiento indica que los bosques locales son capaces de soportar grandes mamíferos una vez más, demostrando la conectividad ecológica funcional y la importancia de preservar los corredores naturales.
En un esfuerzo paralelo en Argentina, más de 100 animales nativos, incluidos monos aulladores y diversas especies de loros, están a punto de ser reintroducidos en sus hábitats naturales en Santa Fe. Tras una colaboración con la provincia de Mendoza, estos animales se sometieron a evaluaciones de salud para asegurar su preparación para la reintegración.
El Secretario de Biodiversidad de Santa Fe, Alejandro Luciani, enfatizó la importancia de devolver estas especies a sus entornos, lo que forma parte de una iniciativa más amplia para transformar el zoológico de Mendoza en un ecoparque. Algunos animales, como los monos aulladores, se espera que sean liberados en breve, mientras que otros continuarán bajo evaluación antes de su reintegración.
Ambos eventos destacan la importancia crítica de la restauración de hábitats y los esfuerzos de recuperación de especies frente a la pérdida de biodiversidad. A medida que las antas reclaman su lugar en Brasil y las especies nativas encuentran su camino de regreso en Argentina, estas iniciativas sirven como recordatorios poderosos de la resiliencia de la naturaleza cuando se le da la oportunidad de prosperar.